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División en las izquierdas oficialistas

jueves 28 de marzo de 2019, 18:38h

La situación preelectoral o electoral ya, que une hasta cuatro convocatorias en muy pocos días y que pretendía agrupar esfuerzos e imposibilitar la multiplicidad de fuerzas políticas presentes en la campaña ha logrado el efecto contrario y ha acelerado una crisis tan larvada como fuerte en todas las izquierdas oficialistas.

Lo cual no quiere decir que no puedan vencer electoralmente, (insisto mucho en ello), las elecciones generales dada la cerrilidad, trumpismo y neo franquismo rampante que exhibe una derecha frente a la cual tan solo se esgrimen consignas defensivas y no cambios reales así como el fin de la austeridad que la UE y el sistema imponen, los comicios pueden conducir a Sánchez nuevamente a la Moncloa apoyándose en la misma coalición o muy parecida a la que le llevó hasta la presidencia del Gobierno. También formándose una gran coalición a la española, dinástica y liberal, que un sector del propio aparato del PSOE auspicia.

Pero veamos, tanta elección junta tiene un solo objetivo, el voto útil e impide un necesario debate. Convierte a las afiliadas y afiliados en hooligans y cualquier llamada a un proceso constituyente, la derogación total de las reformas laborales o la abolición de la prostitución y los vientres de alquiler pueden ser considerados como “divisiones” y fraccionamiento.

Ha llegado el momento de imponer “la unidad” y seguir al abanderado, ya sea el macho alfa populista o el guapo socioliberal. Cerrando filas de paso entorno a una corona desprestigiada y sin futuro a la que se le rinde una pleitesía tan vergonzosa como inconstitucional, pues la Corona constantemente se excede en sus competencias y es ahora el arma preferida de la extrema derecha contra cualquier cambio o bien el federalismo, pero a la que la izquierda oficial no mienta, si no es en el caso del PSOE para adularla.

Es la hora de dar mítines con la constitución del 78 en la mano y olvidar nuevamente que ya no da más de sí. Porque las derechas de forma muy inteligente SI QUE ESTÁN CAMBIANDO LA CONSTITUCIÓN y lo están haciendo reinterpretándola en el sentido más represivo posible y reinventándola como una nueva ley de orden público, más la de represión de la masonería y el comunismo, ambas conocidos instrumentos franquistas de represión, pero que la coalición Casado-Rivera-Neo falangistas realmente invocan cada poco.

Así pues y a pesar de todo los partidos oficiales de la “izquierda” llaman a la unidad, tratando de intimidar a cualquiera que en base a sus derechos democráticos, ose defender la república o bien llame a que el salario y la pensión mínima sean 1080€ semanales y sin brecha salarial; el control público de alquileres y el control sobre un turismo depredador y antisocial que destruye territorio y lo agota, privatizando la ciudad hasta límites crueles y criminales.

Mientras tanto se sigue haciendo de Madrid un mastodonte insoportable que crece a costa de destruir el resto del estado español como cabeza del nuevo capitalismo financiarizado y de servicios, con el apoyo de todos los partidos y de Carmena en especial. Un sistema que también ha abandonado a la población rural y está convirtiendo el territorio estatal, en un desierto, haciéndonos renunciar a la soberanía alimentaria, destruyendo la agricultura gracias a la PAC y sin más futuro para nuestros campos y dehesas que ser cotos de caza para los nuevos señoritos y señoritas que las derechas aznaristas reivindican.

¿Con tal panorama es posible la unidad de las izquierdas? Sí, creo que sí. En mi humilde opinión en torno a una programa social, antineoliberal, de regeneración y constituyente. Un programa que acabe con la corrupción institucional e institucionalizada, las mafias policiales y la justicia patriarcal y parcialmente conservadora.

Desde el socialismo, llamando a una conferencia socialista abierta donde se construya programa de reparto de la riqueza, fin de la pobreza inducida y defensa e incremento de lo público con el fin de comenzar a superar el capitalismo y defender la tierra y el oxígeno, el agua como derecho humano y el feminismo como instrumento imprescindible para alcanzar la igualdad. Un socialismo anclado en la solidaridad internacional y clarísimamente enfrentado al trumpismo que es la solución del capitalismo a su crisis.

Desde un punto de vista más abierto y en confluencia con otras izquierdas, las populistas, las nacionalistas y las sociales, la unidad es posible mediante la apertura de un proceso constituyente. Ese es el cemento imprescindible de la unidad, al objeto de conseguir también la libre federación de los pueblos, que no el incremento de la represión. No negando la crisis del estado, que es negar la evidencia. Al objeto de conquistar la democracia, porqué la democracia y perdón por la cacofonía es en estos momentos de tan baja calidad en el reino de España, que no merece tal consideración.

Estamos ante un sistema de libertades que tan solo protege a las multinacionales, las compañías eléctricas, los bancos privados, las políticas derechistas, el machismo y la ausencia cada vez más escandalosa de libertades públicas. Tal vez comenzar por reconocer esta situación, nos pueda llevar a la unidad.

Por tanto es necesaria la unidad, desde la independencia de las izquierdas del sistema, los bancos, la razón de estado entendida como sumisión a la Corona y a Trump; así como la independencia de la Troika levantando un proyecto que detenga la pobreza, la precariedad, el machismo y defienda las pensiones públicas, la sanidad pública, la educación pública, la autonomía municipal plena y el proceso constituyente.

Carlos Martínez García

Politólogo y ex portuario. Miembro de la plataforma socialista pro PSF.

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