La razón por la que Podemos no acepta todavía el pacto para investir a Sánchez

Tal y como informábamos ayer, Pedro Sánchez mantuvo un discreto encuentro el lunes con Pablo Iglesias, su tercera reunión tras las elecciones generales. Pero las posiciones siguen alejadas entre PSOE y Podemos de cara a la investidura.

La razón no es otra más que Iglesias sigue empeñado en entrar en el gobierno de una manera u otra y con el nombre que éste reciba, ya sea "de cooperación" o "de coalición", mientras que los socialistas están dispuestos a intentar la investidura aunque no tengan amarrados los apoyos necesarios.

Aunque ambas partes han optado por la discrección de cara la búsqueda de acuerdos, finalmente se ha sabido que Iglesias habría rechazado la oferta del PSOE, que pasa por ofrecer tan sólo puestos menores en la administración, ni siquiera secretarías de Estado, una escala que en nuestro país equivale a viceministros.

Sánchez se empeña en que en el Consejo de Ministros sólo haya titulares de carteras de su confianza, con una máxima cesión que sería elegir ministros independientes que reúnan el consenso de ambos partidos, pero en ningún caso pretende ver miembros de Podemos o Izquierda Unida en Moncloa. Podemos, entonces, habría pedido que haya secretarios de Estado de su partido, de manera que haya un contrapoder en cada departamento gubernamental, pero Sánchez también se niega.

Además, Iglesias considera que la proporción de la presencia en el gobierno debería ser mayor de la que el PSOE está dispuesto a contemplar, ya que exige que sera una tercera parte, en referencia a los votos obtenidos en las urnas: algo más de 7 millones por el PSOE y casi 4 por parte de Unidas Podemos y sus socios.

La 'SER' asegura, citando fuentes de Podemos, que Sánchez e Iglesias se reunirán "mucho" en las próximas semanas y pretenden llegar a un acuerdo de cara a julio, aunque cada vez se pone más en peligro.

Los socialistas siguen amenazando con el adelanto electoral, que presumiblemente perjudicaría a ambos, pero más a Podemos e IU, que podrían desaparecer técnicamente hablando como partido de relevancia en nuestro país a nivel parlamentario.