Hoy en día, cuando ya estamos todos expuestos las 24 horas del día, al resto del mundo, y cuando el ciberacoso se escucha en muchos medios de comunicación, es importante no olvidar que: No existe un perfil único de hostigador/acosador, aunque si existen una serie de características comunes desde el punto de vista psicológico, que nos indicarían la posibilidad de estar ante uno de ellos.
El agresor, tiende a ser una persona con una escala de valores desadaptativa, en el cual prevalecen comportamientos basados en el dominio, la falta de empatía, el deseo de control y el abuso. Estas personas han tenido un desarrollo psicoevolutivo poco adecuado, quizás creciendo en un ambiente familiar desorganizado, sin límites y normas, con un estilo educativo permisivo o autoritario, lo que propicia que la persona adquiera una serie de comportamientos disfuncionales.
La personalidad del agresor, adulto y adolescente, se traduce en su comportamiento y en este caso, suelen aparecer comportamientos impulsivos, con poca tolerancia a la frustración, desafiantes, carencia de motivaciones y control.
En otras ocasiones, suelen darse perfiles donde la autoestima es escasa e intentan paliar esa carencia a través del ciberacoso, creando grupo con otros ciberacosadores y dirigiendo comentarios o acciones más graves, con el fin de ser admirado o ser un líder.
Además, el alcance de internet, hace que un acosador pueda ejecutar su hostigamiento de manera rápida, sencilla, en la mayoría de ocasiones desde el anonimato y sin percibir el daño que puede ocasionar a la víctima.
Asimismo, la subjetividad de las consecuencias ante estas conductas, incentiva que cualquier persona con un mínimo de envidia o celos, adquiera el rol de acosador en la red, considera que es algo normalizado, y le hace no cuestionarse su comportamiento.
El sentimiento de venganza también es un elemento importante a tener en cuenta. Este sentimiento motiva actitudes de la persona, centrándole en generar un daño y de esa manera sentirse aliviado y disminuir su sentimiento de inferioridad. Este sentimiento, generalmente, aparece en personas que con anterioridad han sido víctimas de acoso o de algún tipo de maltrato.
Por otra parte, es importante mencionar que existe otro perfil de ciberacosador, el que tiene una psicopatología o un trastorno de la personalidad. Evidentemente, los trastornos pueden responder a una manera de comportamiento agresiva, sintiéndose el hostigador cómodo realizando conductas reiteradas de acoso en la red. Los ciberacosadores con determinadas patologías usan la red de manera constante, considerándolas una manera muy fácil provocar daño a la víctima en milésimas de segundos y con capacidad de esconder su identidad.
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