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PSOE y Podemos intercambian buenos y malos gestos en un día y ponen el foco a un acuerdo a comienzos de septiembre
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(Foto: Dani Gago/Podemos)

PSOE y Podemos intercambian buenos y malos gestos en un día y ponen el foco a un acuerdo a comienzos de septiembre

miércoles 28 de agosto de 2019, 08:10h

Gran intensidad ayer martes en las relaciones entre PSOE y Podemos, que intercambiaron buenos y malos gestos en un día marcado por la reunión de la Diputación Permanente del Congreso.

Si bien los morados echaron un cable a Pedro Sánchez como gesto de acercamiento entre socios parlamentarios, impidiendo que el presidente en funciones tuviera que acudir urgentemente a la Cámara para rendir cuentas ante la oposición, sí llevaron a la palestra a Carmen Calvo, a quien se la tienen guardada por cómo la vicepresidenta gestionó las negociaciones para la investidura el pasado mes de julio.

Así las cosas, el grupo Unidas Podemos se unió a la oposición para que Calvo tenga que acudir mañana mismo, este jueves, en un Pleno extraordinario sobre el barco Open Arms y la crisis migratoria que ha tenido lugar en las pasadas semanas. Sin embargo, fue casi el único gesto 'negativo' hacia el PSOE, porque impidió que otras comparecencias de ministros fueran por la vía urgente, así como la del propio presidente del Gobierno en funciones.

PP y Ciudadanos, apoyados por Vox, querían que Sánchez diera la cara cuanto antes para amargarle lo poco que queda de verano antes del comienzo del nuevo curso político en septiembre, pero Unidas Podemos no contribuyó a esta ofensiva y Sánchez sólo tendrá que ir las próximas semanas pero para informar al Congreso sobre las últimas reuniones del Consejo Europeo.

Con Borrell, la excepción

Pero en otro frente sí ha habido 'traición' al socio socialista. En concreto, para pedir la comparecencia urgente del ministro de Exteriores, Josep Borrell, al que los partidos catalanes querían llevar urgentemente a la Cámara Baja para explicar el informe de España Global, dependiente de su ministerio, en el que se pretende que la comunidad internacional tenga otra versión del conflicto catalán. Unidas Podemos se unió a Esquerra y JxCat pidiendo la comparecencia de Borrell, pero aquí el mundo fue al revés: PP y Ciudadanos votaron junto al PP para bloquear esa comparecencia.

Negociaciones, con dudas

Sin embargo, todo lo sucedido no impulsa el optimismo en las filas del PSOE, que ven de nuevo en Unidas Podemos un potencial socio problemático, no fiel a sus intereses comunes. El hecho de forzar a Calvo a comparecer este jueves urgentemente ha sentado muy mal entre los socialistas y lo ven como otro gesto más que impedirá un entendimiento de cara a una posible investidura.

Dentro del Gobierno en funciones piensan lo mismo: Podemos no es de fiar y con sus votaciones ayer en la Diputación Permanente alejan más si cabe las posibilidades de acordar un gobierno de coalición a regañadientes. La fórmula de apoyo programático y parlamentario también da vértigo, pero se percibe como la única vía factible.

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