Existe la posibilidad de un acuerdo cambiario con China esta semana que podría llevar a una decisión del gobierno de EE.UU. de no aumentar los aranceles el 15 de octubre. Así pensaba ayer el jefe de asuntos internacionales de la Cámara de Comercio de EE.UU. quien declaraba que los principales negociadores estadounidenses y chinos trabajan para lograr acuerdos iniciales que fomenten la confianza y puedan prevenir más aranceles de Washington, incluido uno para evitar la manipulación de la moneda. Esta posibilidad “la compraron” ayer los mercados, que vivieron una jornada de esperanza en la resolución de la guerra comercial y de cierto alivio en las preocupaciones sobre su efecto en la desaceleración del crecimiento global.
Aquí, en Europa, se publicaban las actas de la última reunión del BCE, en las que se pone en evidencia las divisiones en el seno de la entidad. Más de un tercio de los miembros del comité, entre los que se encontraban los gobernadores de los bancos centrales de Alemania y Francia, se opusieron a nuevas compras de bonos, argumentando que al mantener el programa de compras de bonos sin final abierto, el BCE podría estar “cediendo a las demandas” de los mercados de seguir adquiriendo deuda, lo que podría poner en cuestión los límites que la propia institución estableció en torno al programa: comprar hasta un tercio de la deuda de cada país de la zona euro. En el caso de Alemania está llegando a este umbral.