Los primeros datos publicados en 2020 no han sido favorables para la zona euro. Su industria terminó el año 2019 en no muy buena forma, con una contracción de su actividad por undécimo mes consecutivo, y no parece que vaya a mejorar en los primeros compases del nuevo año. El índice manufacturero final de Gerentes de Compras se mantiene desde el pasado mes de febrero por debajo de la marca de 50 que separa el crecimiento de la contracción. En diciembre se ha situado en 46,3, inferior al 46,9 de noviembre, aunque por encima de la estimación preliminar de 45,9. El índice que mide los nuevos pedidos cayó de 46,7 a 46,6 y, como viene ocurriendo durante todo el año pasado, las empresas recurrieron a sus existencias para mantenerse activas. Las compras de materias primas se redujeron y los recortes de personal aumentaron.
El sector manufacturero alemán no escapa de este entorno. Su índice cayó a 43,7 en diciembre desde el máximo de cinco meses de 44,1 alcanzado en noviembre. Cierra así con un débil rendimiento y sigue siendo una amenaza para Alemania, donde el sector de la manufactura representa una quinta parte de la economía. También los recortes en el número de empleados en las fábricas amenazan el sólido gasto de los consumidores. Las tensiones comerciales están afectando a las exportaciones, por lo que la mayor parte del impulso al crecimiento en Alemania se está generando por el consumo interno.
Si (
No(
