Los ministros de Finanzas y gobernadores de los Bancos Centrales de los países miembros del G-20 se reunieron el fin de semana en Arabia Saudita de cara a preparar la Cumbre del mes de noviembre. La crisis por la extensión del coronavirus ha estado presente y los miembros del G-20 se comprometieron a seguir de cerca la evolución de los riesgos. El comunicado del encuentro dice que los ministros de finanzas esperan que el crecimiento mundial registre un modesto aumento en 2020 y 2021.
La recuperación se apoya en la continuación de unas condiciones financieras flexibles y en ciertos indicios de una relajación de las tensiones comerciales. Se comprometen a mejorar el seguimiento de los riesgos globales, incluyendo el brote de COVID-19, y a tomar más medidas para minimizar el impacto en la economía. China estuvo representada en la reunión por su embajador en Arabia Saudita, ya que los altos cargos de China se abstuvieron de asistir.
Al finalizar la reunión el presidente de China dijo que el brote inevitablemente tendrá un impacto relativamente grande, tanto en la economía como en la sociedad, y que será a corto plazo y controlable. La aparición de casos en países fuera de China como en Italia, Corea del Sur, Singapur o Irán, hasta un total de 29 países, está generando gran preocupación, que también se traslada a los mercados de divisas, a los bursátiles y a las materias primas.