Panamá abrió su mercado inmobiliario –como todas las cosas que hace en materia de inversiones- al mundo entero. No se ha dejado encantar por el tintineo del dinero de los babyboomers, nada despreciable, pero vulnerable por la crisis que sufre Estados Unidos. Sus vecinos, principalmente Costa Rica, tiene en las manos una cantidad de viviendas que ahora se venden depreciadas hasta en un 40%, debido al endurecimiento de las condiciones hipotecarias para los compradores norteamericanos.
Panamá, sin embargo, todavía tiene muchos nichos en las distintas propuestas inmobiliarias porque no solamente ha diversificado el mercado entre locales y extranjeros, sino que ha promovido su espectacular crecimiento inmobiliario en Suramérica, Europa y los propios Estados Unidos.
El sector inmobiliario del llamado Pacífico latinoamericano estuvo creciendo los últimos 5 años, pero empieza a experimentar un agotamiento en las provincias ticas de Guanacaste y Puntarenas, con caídas de 21.5 y 10.5 por ciento respectivamente, según la Cámara Costarricense de la Construcción.
Según los codueños que se anuncian en el portal encuentra24.com, "las ventas de segundas casas o residencias vacacionales para norteamericanos han caído, y esto ha repercutido en una disminución de los precios". La noticia asegura que en el Tamarindo los precios los precios estaban inalcanzables, pero ahora son mucho más asequibles. El portal informó que las reducciones de precios en las transacciones efectuadas a través de su página han oscilado entre un 20% y un 60%, con un promedio del 40%, y citó el caso de una serie de casas de descanso que el año pasado costaban 0 mil y ahora están en 0 mil.
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