La memoria de Maragall

Acaba de aparecer un libro singular porque es un libro de memorias, nada menos que de Pascual Maragall, y lleva por titula Oda Inacabada. Maragall se ha retirado y padece una enfermedad, alzheimer, que va borrando la memoria, por eso este libro tiene un valor extraordinario.

Pero yendo a la vertiente estrictamente política de las memorias de Maragall, es muy interesante comprobar que todo aquello que se "filtró" en su momento, era verdad. Me refiero a su decepción respecto a José Luis Rodróguez Zapatero, decepción política y humana,aunque ésto último no lo escriba, pero transciende a lo largo del escrito.

El ex presidente de la Generalitat nos describe a un Zapatero pendiente de las encuestas y sobre todo de su conveniencia política más allá de su palabra o sus compromisos. En realidad, lo que hace Maragall es descubrirnos a un político, Zapatero, que no es ni mucho menos "Bambi" como algunos ingenuamente creyeron, sino un político frío y calculador.

Quizá el capítulo más revelador, y doloroso, es en el que Maragall confirma lo que entonces transcendió: que Zapatero y Montilla le forzaron a dejar la política. A Maragall le hicieron llegar el recado desde su partido de que iban a "filtrar" que padecía alzheimer, de manera que le coloban ante la puerta de salida.

Es difícil no ponerse a temblar ante la catadura personal de algunos políticos que se emborrachan en el juego de la política hasta tal extremo de forzar a su compañero enfermo de alzheimer a dimitir de su cargo de presidente de la Generalitat. Seguramente aquellos fueron días amargos y duros para Pascual Maragall, que reflexiona en sus memorias diciendo que el actual Estatuto de autonomía no era lo que él esperaba. Y creo que yo que el problema de Pascual Maragall es no haber encontrado en Madrid, en el presidente del Gobierno a otro hombre, a otro político. Alguien que le hubiera marcado las líneas rojas que no podía pasar el Estatuto, alguien capaz de decirle "no" y no dejarle embarcarse en una aventura que no podía salir bien para nadie, alguien que no tenga la obsesión de salir siempre como el más guapo y el más bueno en la foto.

No sé si a Maragall le consolará saber que ahora su sucesor en la Generalitat, José Montilla, el hombre que también forzó su dimisión, tampoco se entiende con Zapatero por más que ambos hagan que las relaciones son excelentes. Creo que Oda Inacabada es uno de esos libros de memorias que merece la pena leer.