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Los agentes de movilidad usan tapones para evitar enfermedades por ruido

sábado 30 de mayo de 2009, 19:54h

Primero fueron las mascarillas para evitar la polución y ahora los tapones. Varios agentes de movilidad presentan pérdidas de audición y en el Ayuntamiento aún no han atendido sus súplicas, aseguran las secciones sindicales de CCOO, UGT y CSIT-Unión Profesional del Cuerpo de agentes de Movilidad. Indican que la exposición continua al tráfico de Madrid está afectando a la salud auditiva de varios compañeros y han decidido tomar medidas. La primera, a la espera de la reacción municipal, ha sido ponerse tapones.

El Mapa de ruido de Madrid establece que sólo en las viviendas de la ciudad más de un 25 por ciento de los ciudadanos sufre unos niveles de ruido superiores a 55 decibelios, el nivel máximo de exposición saludable durante el día. Sin embargo, si se observa el mismo mapa (basado en una normativa europea que no contempla en esta exposición a las personas que están en su puesto de trabajo), el grado de ruido en todas las grandes vías, a nivel de calle, recoge medias mayores casi siempre a los 65 decibelios, nivel máximo que establece la Organización Mundial de la Salud antes de comenzar a sufrir enfermedades.

En concreto, según datos de las estaciones de medición medioambiental de la red de vigilancia de calidad del aire del Ayuntamiento de Madrid, en el mes de abril se registró una media de 63,7 decibelios enntre las 27 estaciones operativas en ese momento.

Un informe de CCOO fechado el 5 de diciembre de 2008 sobre carencias y dificultades para el desempeño de las funciones de los agentes de Movilidad municipales pone de manifiesto, entre otros muchos aspectos, las numerosas peticiones insatisfechas de  los trabajadores para que se realice una evaluación de los riesgos laborales existentes para esta profesión. Dichas demandas tratan de reflejar el contacto con gases tóxicos, partículas en suspensión y fuertes ruidos, así como la exposición a insolaciones y diferentes temperaturas extremas. Proponen, por ello, que se realicen estudios en lugares clave para determinar cómo afecta su interacción con el tráfico en su salud.

Sin atención preferente
Dichas peticiones se trasladaron al Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo. Este organismo argumentaba que este grupo de empleados municipales "no constituye un colectivo de atención preferente desde el punto de vista preventivo". La Inspección de Trabajo de la Comunidad de Madrid mantuvo una entrevista con la Dirección General de Relaciones Laborales del Consistorio para que se realizase este informe, pero aunque desde el Gobierno municipal se asegura que éste se había elaborado, los sindicatos afirman que ni siquiera se lo han mostrado.

CSIT- Unión Profesional realizó este mes de mayo su propio documento de salud laboral al respecto. En el mismo se explica que entre las personas más propensas a sufrir problemas graves de salud debido a la contaminación del aire, se encuentran los trabajadores que están en la calle. En particular, incide que el ruido provoca irritabilidad, insomnio, disminución en la concentración, problemas digestivos, cambios de carácter, disfonías, ansiedad, patologías cardiovasculares y hasta sordera -cuando se somete a una exposición continuada a 70 u 80 decibelios-.

Por eso recomiendan el uso de tapones para los oídos porque "no se deja de oír sino que se amortigua el ruido, o lo que es lo mismo, el número de decibelios que tienen que soportar los agentes a lo largo de su jornada laboral, siendo menor la irritabilidad timpánica diaria". Los sindicatos exigen la vigilancia periódica de la salud de los trabajadores, el informe de riesgos laborales, la reorganización de turnos para minimizar los efectos del tráfico y la puesta a disposición de material para disminuir las afecciones.

Plus de penosidad
La portavoz de Medio Ambiente del grupo municipal Izquierda Unida, Raquel López, explicó a Madridiario que "estos profesionales se juegan la salud todos los días en la calle mientras al Gobierno municipal sólo le interesa eliminar puntos de medición y ofrecer un Mapa de Ruido con medidas que no se corresponden con la realidad". Por eso, la edil exige que dentro del convenio de estos trabajadores se incluya un plus de penosidad por su tarea.

Mientras tanto, Pedro Santín, su homólogo socialista, no se extraña de la situación. "Los operarios municipales que trabajan en la calle están expuestos a niveles de ruido dañinos para la salud. Muchos de ellos, se enfrentan a diario a picos de 90 y 100 decibelios". Santín agrega que 11 de las 30 estaciones de medición de ruido municipales registran medias de ruido superiores a 65 decibelios. Por eso, pide que en las protecciones específicas de este colectivo se introduzcan las que protejan de enfermedades laborales relacionadas con el ruido.

Madridiario ha preguntado al Consistorio acerca de estas afirmaciones pero no ha recibido respuesta. En todo caso, para paliar en parte los problemas de trabajadores y vecinos, el Consistorio está desarrollando la creación de áreas de sensibilidad acústica que fijen niveles máximos de ruido en función del uso del suelo para declarar Zonas de Protección Acústica Especial en las que se implanten elementos paliativos del ruido como pantallas, asfalto poroso, aislamiento acústico de fachadas, reducción de la velocidad media del tráfico o del número de vehículos en determinadas vías de titularidad municipal.

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