Casi un 70 % de las recetas expedidas en Andalucía los incluyen

Esta iniciativa se enmarca dentro de la política de uso racional del medicamento desarrollada por el Gobierno andaluz para lograr una utilización adecuada de los fármacos, algo que también redunda en un mejor control del gasto en farmacia.

La consejera de Salud, María Jesús Montero, ha informado ante el Pleno del Parlamento de las principales actuaciones incluidas en esta estrategia, entre las que se encuentra la prescripción por principio activo, consistente en indicar en la receta el nombre de la sustancia que produce el efecto terapéutico, y no el de una marca comercial determinada.

Andalucía es pionera a nivel internacional en esta forma de prescripción, recomendada por la Organización Mundial de la Salud.

Esta fórmula permite también que tanto el médico como el paciente puedan identificar fácilmente el medicamento, ya que se trata de un solo nombre frente a la gran variedad de marcas que existen en el mercado.

Junto a ello, facilita a los profesionales sanitarios las búsquedas bibliográficas y el intercambio de información científica, ya que la denominación de los principios activos es universal.

Este modelo de prescripción ha supuesto para la sanidad pública andaluza, desde septiembre de 2001 hasta septiembre de 2006, un ahorro de 145,17 millones de euros.

La consejera ha recordado además la contribución de la política de uso racional del medicamento a la contención del gasto farmacéutico.

Así, de enero a octubre de 2006 y respecto al mismo período de 2005, el gasto en farmacia en Andalucía creció un 4,59 por ciento, frente al 5,87 de crecimiento nacional.

El gasto por habitante en la comunidad en prestación farmacéutica ascendió a 184,16 euros frente a los 199,82 de media nacional.

Modelo de dispensación

Otra de las medidas que se están impulsando y desarrollando en Andalucía es la receta electrónica, una de las principales apuestas de la comunidad en materia farmacéutica.

Se trata de un novedoso modelo de prescripción y dispensación de los medicamentos y productos sanitarios incluidos en la financiación pública, que, aprovechando las posibilidades de la actual tecnología informática y de telecomunicaciones, aporta una serie de ventajas.

Entre ellas, destaca evitar que los pacientes crónicos tengan que acudir a su médico sólo para que les expida las recetas de continuación de sus tratamientos, lo que incrementa la comodidad de los usuarios.

Esto contribuye además a la disminución del número de consultas que se producen en atención primaria, lo que posibilita que el médico, al disminuir la tramitación burocrática, pueda dedicar más tiempo a la atención directa de sus pacientes.

Junto a ello, ayuda a minimizar los trámites para el control sanitario del visado, ya que sólo será necesario cuando el médico instaura un nuevo tratamiento y, además, permite que los especialistas puedan prescribir directamente todo el tratamiento.

En la actualidad, la receta electrónica está disponible para 1.306 médicos de 156 centros sanitarios andaluces, está implantada en 1.336 oficinas de farmacia y beneficia a 1,8 millones de ciudadanos.

Desde que comenzó a implantarse, se han realizado 8.625.974 dispensaciones a través de receta electrónica.

Durante su intervención en el Parlamento, María Jesús Montero ha destacado la importante implicación de los profesionales sanitarios para lograr el adecuado desarrollo de estas medidas de uso racional del medicamento, a las que hay que se suman otras iniciativas como el visado de recetas para determinados medicamentos, promoviendo una utilización óptima de los mismos, o las guías farmacoterapéuticas, que facilitan a los profesionales la prescripción ajustándose a criterios de evidencia científica.