El primer ministro polaco,
Donald Tusk, y el presidente del Parlamento y jefe de Estado en funciones tras la muerte de
Kaczynski,
Bronislaw Komorowski, presidieron el acto en memoria de los fallecidos ante el palacio presidencial.
Las sirenas de toda Varsovia sonaron en homenaje a las víctimas, 96 personas en total, muchas de ellas miembros de la cúpula militar, política y económica de Polonia.
Todo el país se sumó a los dos minutos de homenaje en silencio, durante los cuales se paralizó el tráfico.
Tusk y su gabinete, todos de riguroso luto, depositaron velas y flores para honrar a los fallecidos, al tiempo que decenas de miles de varsovianos hacían lo mismo frente al palacio presidencial.
Varsovia, bajo un estado de conmoción colectiva que recuerda los primeros momentos tras la muerte del Papa Juan Pablo II en 2005, se prepara para recibir los restos mortales de Kaczynski.
Según fuentes del Ministerio de Asuntos Exteriores, el avión que repatriará el cadáver se espera que llegue al aeropuerto varsoviano entre las 14.00 y 15.30 hora local (12.00-13.30 GMT).
La fuente añadió que, junto con los restos mortales de Kaczynski, también serán repatriados a Varsovia los cuerpos del último presidente polaco en el exilio, Ryszard Kaczorowski, y del vicepresidente del Parlamento (Sejm), Krzysztof Putry.
Por su parte, el portavoz del Ejecutivo, Pawel Grass, informó de la intención del gobierno de que el cuerpo sin vida de Kaczynski sea expuesto en el palacio presidencial para que todos los polacos puedan despedirse.
Polonia ha decretado una semana de luto nacional.
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