"Pedimos al ministro una hora de su tiempo para explicarnos", dijo en rueda de prensa
César Cabo, uno de los portavoces del sindicato. "Si detectamos un cambio de actitud (del ministro y los representantes de Aena) se valorará la necesidad o no de ir a la huelga".
De hecho, tras explicar que las últimas decisiones - mediante reales decretos - en relación con el colectivo no habían sido objeto de negociación, señalaron que la empresa les había convocado a una reunión minutos antes de que empezara la rueda de prensa.
Tras ese encuentro, el gestor de aeropuertos volvió a abrir el debate sobre retribuciones salariales en una nota en la que aseguró que su oferta garantizaba a los controladores un salario anual de 200.000 euros.
"Aena reitera que la oferta que la empresa ha presentado... garantiza las condiciones salariales actuales - superiores a la media europea - y les asegura unas condiciones laborales equiparables a la de sus colegas europeos", dijo la nota.
Tras dejar claro que en la asamblea de los trabajadores realizada el martes no se acordó una convocatoria de huelga, sino la facultad a la junta directiva para convocarla, los representantes del sindicato dijeron hasta en diez ocasiones que la responsabilidad de la hipotética convocatoria era del ministro de Fomento.
"La junta valoraría muy positivamente un gesto del ministro y que Aena hable con nosotros", dijo el portavoz del colectivo,
Daniel Zamit.
Los representantes del colectivo no quisieron adelantar ni fechas para la posible convocatoria ni las jornadas en las que, de celebrarse, tendría lugar, más allá de reiterar que será pasada la primera quincena de agosto.
Para ahondar más en la sensación de que la posibilidad de que la convocatoria de huelga es limitada, incluso llegaron a reconocer que la posibilidad de un laudo - arbitraje al que deberían someterse las partes si no hay acuerdos en las negociaciones - les perjudicaría.
"La convocatoria entraña muchos riesgos, entre ellos el de el dictado de un laudo, que yo creo que es el objetivo del ministro", dijo Zamit.
Huelga infustificada
Fomento, que ha calificado de "injustificada" la posible huelga, ya dejó entrever la víspera que en caso de paro fijará unos servicios mínimos elevados, "para garantizar la movilidad en días de tanto tráfico".
El turismo es uno de los principales generadores de empleo y riqueza en España - segundo destino turístico mundial - y agosto es el mes en el que los aeropuertos españoles registran más tráfico.
Los controladores dijeron ser conscientes de las "consecuencias económicas" no ya de la hipotética convocatoria de huelga, sino de la mera posibilidad de que, según fuentes del sector, provocará probablemente cancelaciones en la vital industria turística.
Pero, una vez más, responsabilizaron al ministro de Fomento y calificaron de "toque de atención" el anuncio de la posible convocatoria, en la confianza de "una solución negociada" al conflicto sobre condiciones laborales.
En plena remodelación del cielo único en Europa y mientras diseña una posible privatización del gestor de aeropuertos público, el Ministerio de Fomento español inició en febrero una dura batalla contra los 2.000 controladores aéreos españoles regulando por decreto y abriendo la puerta a la liberalización del sector.
Tras intentar sin éxito trasladar la cuestión a los tribunales, los controladores se encontraron a finales de junio con un nuevo escollo después de que el Gobierno socialista regulase, de nuevo por decreto, la jornada laboral y los descansos de los controladores.
"Pretenden aplicarnos un sometimiento laboral que no tiene parangón (...) lo que subyace detrás de esto es la estructura obsoleta y la deuda ingente de Aena", dijo Zamir.
El gestor de aeropuertos español cerró 2009 con pérdidas de 433 millones de euros y los aeropuertos nacionales acumulaban una deuda a finales de año de 11.412 millones de euros.
Los controladores españoles - a los que el ministro
Blanco ha acusado de cobrar salarios desorbitados - argumentan que falta personal y se quejan, entre otras cuestiones, de que se les pida disponibilidad de 365 días al año.
A título orientativo, los sindicatos explicaron que, con el nuevo decreto, en España los controladores trabajarían 1.750 horas al año (sin contar guardias ni formación) frente a la media de 1.350/1.400 horas en Europa (contando con la formación).
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