www.diariocritico.com
El espíritu de Boves

El espíritu de Boves

jueves 09 de septiembre de 2010, 18:46h


Despojo y pillaje para unos, miseria para los de siempre, y atraso para la sociedad

Los comunistas califican de "lucha de clases" al torrente de petulancias, complejos, envidias, abusos y miserias que invariablemente desatan los mal llamados procesos "revolucionarios". Con eso pretenden dignificar las más bajas pasiones del género humano, otorgándoles una inmerecida connotación política.

Latinoamérica lleva dos siglos sufriendo oleadas de acción destructiva que -en nombre de "revolución"- retrasan su desarrollo, sin aportar nada al progreso sostenible de "los pueblos" a los que pretenden reivindicar.

El atajo de megalómanos irresponsables que han liderado estos movimientos invariablemente trata de glorificar con etiquetas políticas una serie de "procesos" que no son más que un descarado culto a su personalidad.

Con ello pretenden barnizar el desahogo -desde posiciones de fuerza- de todo género de complejos, revanchismo e impulsos destructivos con frecuencia, sin otra satisfacción que el mero gusto de vejar y destruir todo aquello lo que jamás han podido ser ni tener.

Lo pueden llamar justicialismo, socialismo, sandinismo o comunismo pero siempre termina en una misma miasma: despojo y pillaje para unos, miseria para los de siempre, y atraso para la sociedad.

Desde la Independencia, cuyo bicentenario hoy cacarean y rebuznan desde las gruesas guacamayas de Caracas hasta las yeguas de Buenos Aires, la región ha sufrido oleadas de odio ciego y torpe acción por parte de quienes desvían los legítimos anhelos de progreso de su gente hacia confrontaciones sociales tan crueles como estériles.

En los albores de la gesta independentista surgió el monstruoso José Tomás Boves, que canalizó los más recónditos resentimientos hacia una orgía de sangre y ciega destrucción que dejó postrada a Venezuela.

Boves no tuvo la imaginación de llamar "revolución" a su colosal rabieta, pero su desaparición física no extinguió su espíritu.

Muy poco después el propio Libertador tuvo que fusilar a Manuel Piar -a pesar de sus méritos guerreros- por andar atizando odios raciales y destructivas confrontaciones de clases siguiendo el ejemplo del nefasto asturiano.

Lamentablemente aquello no fue suficiente y una procesión de émulos de Boves y Piar han seguido plagando a la América de miseria en nombre de "revolución". Cada episodio "revolucionario" invariablemente ha resultado en mayor atraso y degradación para "el pueblo".

Ante tanta tediosa repetición de la misma historia la única y verdadera revolución en estas tierras será enterrar -de una vez por todas- el maldito espíritu de Boves.

[email protected]

 

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios