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Crítica de la película

'Primos': El eterno retorno a la adolescencia

'Primos': El eterno retorno a la adolescencia

jueves 03 de febrero de 2011, 12:15h
La tercera película de Daniel Sánchez Arévalo, tras 'AzulOscuroCasiNegro' y 'Gordos', es de las que casi sin proponérselo te va ganando y logra que cojas cariño a unos personajes que comienzan siendo estereotipos y terminan siendo casi de la familia.
'Primos' habla del viaje de tres primos, tras ser abandonado uno de ellos en el altar, al lugar donde veraneaban en su infancia / adolescencia, Comillas. Comienza siendo una comedia algo 'gansa', con un comienzo poco prometedor, pero cambia al llegar a Cantabria donde el director coge el pulso de la acción y logra que nos interesemos por sus personajes. Esto ocurre porque no es una comedia de grandes carcajadas sino de esas que te mantienen con una media sonrisa durante toda la proyección.

Habrá quien la haga de menos diciendo que se trata de un divertimento ligero, hecha para agradar al público. Muy bien ¿qué hay de malo en ello? ¿No es algo increíble salir del cine con una sensación reconfortante y una sonrisa en la cara?. Parece como si hubiese que pedir perdón por hacer una comedia. A lo mejor la eterna mala relación entre el cine español y su audiencia se acababa si algunos dejasen de hacer lo que creen arte y se preocupasen por entretener al público. 

Dicho esto 'Primos' no es una película perfecta, si hay que ponerle un pero es el hecho de que es una película sobre hombres y para hombres, los personajes femeninos no tienen tanto peso y son vistos a través de los ojos de los protagonistas masculinos. Si la televisiva Inma Cuesta cumple a la perfección como el amor adolescente de Quim Gutiérrez, el resto de personajes femeninos son sólo una excusa argumental para afianzar la trama.

Pero como decíamos la película se centra en los hombres, en concreto, en los tres primos, interpretados por los habituales del cine del director Quim Gutiérrez y Raúl Arévalo, y el casi debutante Adrián Lastra. Los tres están convincentes en su interpretación de unos jóvenes que madurarán tras el viaje a la tierra de su adolescencia. A destacar también la presencia de Antonio de la Torre, un actor en estado de gracia.

Por último hay que hablar de otro personaje muy importante, Comillas. Habrá quien quiera ver en esta película un spot publicitario pero no creo que sea así. El tranquilo pueblo cántabro luce espléndidamente y logra su función como lugar mágico al que recurrir cuando la vida se tuerce.

En definitiva, una película amable, entretenida y simpática, no le cambiará la vida a nadie, ni tampoco lo pretende. Simple y llanamente, cine comercial bien hecho.


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