Las encuestas siguen otorgando gran diferencia al PP

De nuevo, este domingo último de abril, nos llegan los diarios son encuestas electorales coincidentes: Según la de El Mundo, el Pp “está apunto de arrebatar” al PSOE todos sus feudos autonómicos. En las elecciones de dentro de un mes, el 22 de mayo, podría llegar a tener la mayoría absoluta en Baleares, Cantabria y Castilla la Mancha, podría gobernar en Aragón con apoyo del PAR y en Asturias con apoyo del partido de Cascos, y únicamente en Extremadura, el dirigente socialista Fernández Vara conseguiría mantenerse en el poder si IU lograra entrar en el Parlamento regional. Algunas de tales eventuales coaliciones, como la del PP con Cascos, se sospechó desde el primer momento, pero no dejaría de resultar sorprendente…  En cuanto a la otra encuesta, la de La Razón, insiste en que el PSOE no remonta y que la renuncia de Zapatero a presentarse para un tercer mandato no acorta la distancia del PSOE con el PP: este segundo partido  lograría mayoría absoluta y 14,5 puntos más que los socialistas. En esta segunda encuesta, referida a las generales del año que viene, Rajoy vencería a Rubalcaba por 11,6 puntos y si la candidata adversaria fuera Carme Chacón la ventaja llegaría a ser de 14 puntos. Probablemente el dato que más resalta en este sondeo sobre las elecciones del año que viene sea el de los abstencionistas, que llegarían a ser hasta 11 millones y medio de españoles en edad de voto. Buena parte de ese importante caudal de voto procedería de los antiguos votantes del PSOE, según la encuesta: Más de dos millones y medio de sus votantes de 2008 no acudirán a las urnas, y otros ochocientos mil cambiarían de rumbo político y optarían por dar su apoyo a su rival natural, el PP.  Por todo lo cual, Rajoy llegaría a sumar hasta el 46,41 por 100 de votos, frente al 31,85 por 100 de votos que obtendría el PSOE. Las nuevas encuestas son coincidentes en advertir que todo sigue como antes de que Zapatero anunciara su decisión de no concurrir en una tercera oportunidad, y de abrir paso a que la candidatura socialista la represente otra persona, hasta la fecha no plenamente determinada, aunque se especule habitualmente con los nombres de Rubalcaba y de Chacón. Pero parecen haberse evaporado aquellos primeros indicios que apuntaron a un cambio de tendencia, y hasta de un vuelco en las intenciones del electorado, decidido a volver a dar su apoyo al socialismo, aunque no a Zapatero. La incertidumbre sobre el nombre final de quien será, finalmente, el candidato, no parece que esté ayunando a resolver las dudas. Pero, en todo caso, de una y de otra encuesta, quedaría meridianamente en claro la voluntad de los ciudadanos votantes de terminar con un largo período, de dos legislaturas, de hegemonía socialista, y de otorgar su confianza a un nuevo candidato y un nuevo partido que se viene ofreciendo con insistencia con la promesa y garantía de que logrará que se modifique el actual estado de cosas, originado por la potentísima crisis económica originada ya hace más de tres años, pero que se resiste a alejarse de manera definitiva, por más que se vengan produciendo ya algunos indicios de que algo pudiera estar empezando a cambiar de signo…  Pero no lo hacen los números del paro, el más temible y desconsolador efecto de esa pavorosa crisis, por más que los dirigentes socialistas lleven muchos meses queriendo ver “brotes verdes” y algunas otras sospechas de que las cosas empiezan a mejorar. Como sucede en otras economías, la española registra un bache con pocos o ningún precedente, y el arranque no termina de producirse de manera satisfactoria. Todo lo cual, ha sido aprovechado por la Oposición, a la que, sin embargo, no parece que la opinión o el votante vayan a reclamar su pasividad, en unos casos, o su inoperancia en otros. Pasividad a la hora de aplicar remedios generales, o inoperancia en los gobiernos autonómicos que vienen teniendo a su cargo, y en los que la marcha de la economía no ha dado muestras de mejoría con relación a los restantes gobiernos regionales... Pero todo apunta a que los españoles parecen decididos a “cambiar de caballo” y de gobernante sin esperar más tiempo ni mejores perspectivas...