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Europa quiere ganar competitividad a costa del recortazo

Luces y sombras en el Pacto del euro o cómo evitar el abandono de la moneda

Luces y sombras en el Pacto del euro o cómo evitar el abandono de la moneda

lunes 20 de junio de 2011, 12:48h
Es el último intento no confesado de salvar su viabilidad
Alemania y Francia, con la ayuda de Reino Unido han sido los impulsores

La aprobación del Pacto de Euro es el último intento no confesado  -y no será el definitivo- de salvar la viabilidad del euro como moneda única. Alemania y Francia, con la ayuda de Reino Unido, -un descreído de la Unión monetaria-, han sido los impulsores de un recortazo generalizado de gastos como el único camino posible para pagar la gigantesca deuda europea. Pero en estos mismos gobiernos persiste una corriente de dirigentes y empresarios que defienden la disolución del euro. ¿Por qué?
El sector más liberal de estos países está transmitiendo a la sociedad francesa y sobre todo germana, que son los países 'ricos' los que están pagando la fiesta de endeudamiento del arco mediterráneo; Grecia, Portugal, Irlanda, y en menor medida, Italia y España. Por ello han vuelto a recordar políticas como la devaluación de moneda, una posibilidad anterior a la moneda única, como medio de ganar competitividad rápidamente, a costa de empobrecer el pais y generar más inflación. "Es el documento más reaccionario jamás producido por la Comisión", según el ex presidente europeo Jacques Delors. Este Pacto del euro, aprobado el pasado mes de marzo por el Consejo Europeo es un paquete de medidas destinadas a impulsar la competitividad de la economía de la región. Y ese objetivo pasa, como todo en los últimos tiempos, por apretarse todavía más el cinturón y aplicar otra vuelta de tuerca a los recortes sociales. El problema es que desde marzo, la crisis de deuda en países como Portugal y Grecia se ha agravado, y lo que es peor, la cooperación del resto de la UE para inyectar dinero, junto al FMI y el Banco Central Europeo, se ha visto claramente fallida en lo que respecta a Grecia, dando la razón de paso a una Alemania que presiona para dejar de contribuir con dinero público a la sangría de la deuda. Y cobra así cada vez más fuerza la corriente escéptica sobre la utilidad de una moneda única. Los defensores advierten de que un euro común y fuerte permite competir como un mercado único frente al 'imperio' norteamericano y la pujanza china y de los emergentes. Pero en la practica, y después de doce años de moneda única, no se ha avanzado en la creación de un mercado único para el trabajo, las mercancías o los servicios. Europa sigue presa de las trabas administrativas a la hora de circular libremente, y por supuesto, tampoco hay armonización fiscal ni laboral. El pacto responde a ese intento por ganar competitivas a fuerza de ser más baratos. Como no se puede devaluar la moneda, entre otras cosas, el Pacto del Euro pide moderación salarial, flexibilidad laboral, contención del gasto en pensiones y prestaciones sociales y coordinación de las políticas fiscales. Así, por ejemplo, reclama que se liguen los salarios a la productividad y no a la inflación, que se eleve la edad de jubilación para adaptarla a la nueva esperanza de vida o un férreo control del déficit, cuyo tope debe ser fijado por ley, incluso por la Constitución, como en Alemania. Fue precisamente en los despachos del Gobierno germano donde se cocinó el polémico acuerdo, todo un alegato a favor de los recortes y la austeridad, apenas suavizado con los retoques de Francia. En España, Bruselas ya presionó en su día para que el Gobierno de Rodríguez Zapatero aplicara estas medidas,lo que el Gobierno ha hecho a medias, porque no se ha atrevido a reformar en profundidad el mercado laboral o la negociación colectiva. Y desde luego, ha aparcado definitivamente la ligazón del salario a la productividad. Las claves son: Impulso de la productividad: las medidas incluyen la vinculación de los salarios a la productividad del trabajador. Se revisarán acuerdos, se negociará el salario a título personal y se evitarán los sueldos altos en el sector público. Eso sí, el pacto especifica la intervención de agentes sociales en dichas negociaciones. La otra medida consiste en ‘abrir’ los sectores protegidos, mejorar el sistema educativo y fomentar las inversiones en investigación y desarrollo. Impulso del empleo: rebaja fiscal a las empresas, para aumentar la contratación, y flexibilizar el trabajo (geográfico, trabajo temporal de calidad) para evitar el empleo no declarado. Sostenibilidad financiera: reforma del sistema de pensiones (modificar la edad de jubilación en función de la esperanza de vida del país), el sanitario y las prestaciones sociales. Estabilidad financiera: políticas que refuercen las leyes fiscales y combatan el fraude. Control del déficit: legislaciones nacionales para imponer límites a la deuda de los Estados y a su déficit. Los mercados se tambalean ante la incertidumbre sobre Grecia El Movimiento 15-M se perpetúa
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