Literatura a matemáticas

Mariano Rajoy sabe que los mercados no le van a dar ni un respiro porque su aplastante victoria electoral ya esta descontada y porque el problema de la deuda soberana no es únicamente de España, afecta al conjunto de los países del Euro que necesitan una decisión contundente y definitiva de los grandes países para hacer frente al problema. No debemos esperar milagros en España si Ángela Merkel y Nicolás Sarkozy no mueven ficha de una vez y aplican las decisiones que se han negociado y se han tomado hace varias semanas. Por ejemplo, el retraso a diciembre del fondo de estabilidad se está pagando y caro por parte de Italia, España y, ¡hay amigo!, del intocable francés que ya tiene el aviso de que se puede bajar la calificación de su deuda.

Si bien Rajoy depende de Europa para estabilizar lo que nos cuesta de más financiarnos, debería viajar cuanto antes a Bruselas, Berlín y París como gesto de actitud decidida de dar la batalla, y no esperar al día 8 en Marsella a la reunión de los líderes populares europeos, previa al Consejo Europeo que se presenta, una vez más, decisivo para el futuro del Euro. Insisto en que podría forzar antes un encuentro testimonial pero elocuente, además de las conversaciones telefónicas, de su decisión firme de hacer frente a quien haga falta. Esa acción es la más trascendente, pero la más relevante de cara al pueblo español, que ha depositado su confianza absoluta en Mariano Rajoy, es la de tomar decisiones coherentes y contundentes y realizar un traspaso de poder con el gobierno socialista en funciones, de manera ordenada, profesional y sin polémicas que tanto daño hacen a quien las protagoniza y al mismo sistema.

Un golpe claro de la preparación del presidente electo para hacer frente a la crisis y para demostrar que tiene un equipo solvente, se supone, para pasar de la literatura a las matemáticas, es decir de los mensajes electorales perfectamente calculados y ambigüos a las medidas concretas, duras, impopulares pero imprescindibles. Y los primeros que se van a aplicar son las comunidades autónomas. Es fundamental la Ley Orgánica que desarrolla la Estabilidad Presupuestaria y el control de gasto autonómico. Enfrente, es necesaria una oposición responsable y colaboradora dentro de su papel de fiscalización del poder, y sin un colapso de enfrentamientos que creen un cisma interno que represente un problema grave, no sólo para el futuro del partido sino también para la estabilidad de la democracia que necesita una oposición consistente que aclare su futuro en el congreso ordinario del próximo mes de febrero.

Ni va a ser fácil el gobierno para Rajoy, ni la transición en el PSOE.