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Altruismo interesado

Altruismo interesado

jueves 19 de abril de 2012, 08:07h
    Una compañía farmacéutica, que es la tercera fabricante mundial de hemoderivados, solicita al Gobierno español que permita pagar por las donaciones de sangre, y argumenta que, de ese modo, incluso los parados o desempleados podrían tener unos ingresos extra... Como es sabido, el pago por las extracciones de sangre se ilegalizó hace años por razones éticas que también rechazan la compraventa de órganos humanos para trasplantes, dado que el cuerpo es una entidad sagrada e inalienable... Tampoco es una mercancía como en la época en que estudiantes y pobres desesperados acudían a lo que llamaban "el vampiro" para vender, cada cierto tiempo, una parte de su sangre y pagar con ese dinero las deudas más urgentes...

    La donación altruista de sangre es una de las grandes conquistas morales de la sociedad española, que es admirada en todo el mundo por esa actitud, al lado también del incremento de donantes de órganos que permiten el excelente funcionamiento del sistema nacional de trasplantes.
   
     Desde la Federación Española de Donantes de Sangre han respondido a la multinacional que plantea la venta de plasma con un rechazo rotundo y taxativo, calificando la propuesta de "barbaridad", de enriquecer a los traficantes y de favorecer a los más poderosos... Y también de hacer saltar por los aires los actuales principios de solidaridad, tan arraigados en un pueblo que ha percibido que la sangre que nos recorre y nos da vida no es una propiedad privada sino que forma parte de un caudal compartido por todos los seres humanos.

    Por su parte, desde la multinacional que propone el negocio, una compañía farmacéutica llamada Grifols, se insiste en que mantener la prohibición, desde 1985, del pago por las donaciones es un error y que, si no se rectifica, los problemas para la industria y para la sociedad serían terribles. Confiemos en que esos presagios no se cumplan y que, en la actual buena dirección, España se mantenga y profundice en su admirable condición de quien se autoabastece a base de donaciones voluntarias y altruistas; y ello sin sacar al mercado algo que, como la sangre, es sagrado y nos permite vivir y compartir, que ese es el verdadero y admirable espíritu de los donantes.  Un espíritu que se iría a pique en cuanto, por el medio, apareciesen el negocio y  el dinero.
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