La Legislatura comienza con la izquierda herida

Parecía más un Jueves Santo que un jueves preferia. Entre el desagradable y frio vendaval que azotaba las altas palmeras de las Cinco Llagas, las caras largas de algunos de los presentes y las "desgracias" que afectaban a varios de los cuerpos serranos de sus señorías, el Pleno del inicio de la IX Legislatura andaluza más se asemejaba a un velatorio que a una fiesta de la democracia. La mala suerte parecía haberse cebado con los dos partidos que se van a repartir el poder, PSOE e IULV-CA, aunque los rostros taciturnos estaban en la bancada de los ganadores que no gobernadores, del PP-A. Además del cólico nefrítico sufrido por el diputado nacional y secretario general del PCA, José Luis Centella, hay que anotar la gastroenteritis que impidió que la ex presidenta del Parlamento, Fuensanta Coves, asistiera a su relevo. Pero sin duda alguna, lo más llamativo de la sesión fue el corte jamonero de Diego Valderas en su mano izquierda que era toda una parábola de lo que le puede pasar a su coalición si, como es más que probable, entran a formar parte del Ejecutivo que presidirá Pepe Griñán. Por cierto, anotar que éste estaba eufórico pese a ser el primer candidato socialista que ha perdido unas elecciones en Andalucía y el único presidente de los cuatro que han ocupado el puesto (Escuredo, Borbolla, Chaves y él) que no ha logrado el respaldo de los andaluces.

Una izquierda inutilizada y malherida fruto de un pacto con aquellos a los que Sánchez Gordillo califica como el partido de la corrupción y en el que lo único que buscan los comunistas es hacerse con unos cuantos sillones que les sirvan para colocar a todos aquellos dirigentes a los que las urnas en las municipales mandaron al paro. Y es que IULV-CA necesita imperiosamente recuperar no solo los puestos perdidos, sino, y sobre todo, ingresar en sus arcas un buen puñado de euros que palien su más que delicada situación financiera agobiada por las deudas con varias entidades bancarias. Seamos serios, el referéndum entre las bases que se celebrará la semana próxima no es sino un brindis al sol para justificar una democracia interna inexistente. El pacto está más que cerrado y ni nada ni nadie lo va a echar atrás se ponga como se ponga la CUT de Gordillo, Cañamero y sus jornaleros de la Sierra Sur sevillana. Si como muestra basta un botón, apuntar que en la Diputación de Huelva, donde PP y PSOE tienen los mismos diputados provinciales, la llave la tiene el único representante de IULV-CA al que le ha faltado tiempo para colocar en la Corporación provincial onubense a la plana mayor de su partido. ¿Pasará algo similar en la Junta? Nadie lo duda.

Esta novena Legislatura inicia su andadura con mal pie, o mejor dicho, con mala mano. Y me da a mí que ese va a ser el rumbo que va a seguir después de que Griñán supere la sesión de investidura de primeros de mayo. Aun no ha tomado posesión y el presidente en funciones de la Junta de Andalucía ya ha tenido que afrontar recortes millonarios para ajustar el déficit, unos recortes que Valderas no comparte y que van a provocar las primeras disensiones en el Consejo de Gobierno. Dicen los expertos que IULV-CA tendrá tres consejería en el nuevo Gobierno de "coalición y progreso", a saber, Gobernación, Empleo y Agricultura y que Valderas está negociando con Griñán el cargo de vicepresidente de la Junta. Mucho me temo que, al final, el alcalde de Marinaleda, Juan Manuel Sánchez Gordillo, no obtenga cartera alguna porque si nos atenemos a su discurso-mitin de toma de posesión de su escaño y su lucha para subvertir el sistema capitalista, muchos se echarían a temblar si le concedieran Agricultura, entre ellos los propios dirigentes socialistas que no se fian ni un pelo del comportamiento de Gordillo.

¿Y el PP? A Javier Arenas y los suyos solo es queda esperar para ver como se desarrolla el pacto PSOE-IULV-CA. A sus cincuenta diputados no les va a faltar trabajo en esta IX Legislatura que muchos auguran que no agotará los cuatro años de mandato. Convendría que el líder del PP-A obligara a los suyos a ponerse las pilas, hicieran autocrítica y estuvieran atentos para no volver a repetir los errores que les han impedido acceder al Gobierno de la Junta cuando tenían todas las bazas a su favor.