Cobra fuerza la sospecha de que mientras el Gobierno y el Banco de España no rematen la reforma financiera, o mejor no la aborden en serio y por derecho, no habrá calma en los mercados. Y si la abordan de verdad, a lo mejor las consecuencias son graves. Así que esta es la disyuntiva en la que se encuentran el ministro de Economía, que vive en un sinvivir de una catástrofe tras otra, y el gobernador del Banco de España que parece que tiene los días contados.
¿Necesita más ayuda la Banca española? ¿Más? Así lo cree el Fondo Monetario Internacional -y lo respalda el Banco de Santander-, que dice que hay que inyectar más dinero público "para preservar la estabilidad financiera y rescatar entidades problemáticas". ¿Cuántas? Al menos diez son "vulnerables", es decir, una barbaridad después de las intervenciones, fusiones, tormentas, situaciones desesperadas y meses, casi años ya, al borde de un ataque de nervios. ¿Y de donde sacamos el dinero? Del bolsillo de la banca, el Fondo de Garantía de Depósitos, o del público, el FROB. Ya se imaginan ustedes que los primeros no son partidarios y dicen que ya han puesto más de lo que tocaba, y los segundos no tienen un euro en las arcas, así que... Entre que se resuelve algo, que ya veremos, los bancos que tienen dinero no prestan a nadie y los que no lo tienen buscan salidas más o menos desesperadas. Es inaudito, por ejemplo, que se permita que unas cajas en carrera desenfrenada para encontrar recursos que impidan su hundimiento, con un éxito manifiestamente descriptible, creen un banco nuevo y se lancen a una campaña de publicidad que cuesta un dinero que no tienen.
Un bancario amigo me decía recientemente que el problema no son los Bancos sino las Cajas, pero se olvidaba de que los Bancos están captando dinero del Banco Central Europeo al 1 por ciento y comprando -¿obligados?-deuda pública al 5 por ciento y sin sacar un euro de la caja. Tal vez hay otras fórmulas para evitar la quiebra de España, pero los hechos son los hechos y el negocio, el negocio.
Al final, los contribuyentes tenemos algo más que la sensación de que quien va a pagar la reforma financiera, los excesos de tantos políticos metidos a bancarios, los sueldos millonarios, el racaneo de los banqueros para prestar dinero y dinamizar la economía, las corrupciones y corruptelas de los malos gestores que se han ido de rositas o con cuantiosas indemnizaciones, los consejos de Administración formados por sindicalistas y políticos a 180.000 al año... vamos a ser los contribuyentes.
Así que, por favor, que quien tenga que poner dinero, que lo ponga; que quien tenga que decidir el cierre de una entidad, que lo haga; que quien tenga que exigir responsabilidades, que actúe. Pero ya, porque, de otra forma, los ahorros de los pequeños accionistas se van a ir al garete, los negocios de las pymes y los autónomos cerrarán por consunción y el país tendrá décadas de miseria.
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