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Sin periodistas, no hay democracia

Sin periodistas, no hay democracia

jueves 06 de diciembre de 2012, 11:50h
A veces tengo que pellizcarme porque me cuesta reconocer el país en el que estoy viviendo. Es como si al despertar de una terrible pesadilla me diera de bruces con otra peor. ¿Cómo es posible que en un abrir y cerrar de ojos hayamos pasado de tener el mejor sistema de salud de la Comunidad Económica Europea, a que médicos, enfermeras, investigadores, personal todo, tengan que salir a la calle a protestar, en un intento desesperado por evitar que se cumpla la amenaza de externalizar algunos de los servicios de los grandes hospitales de Madrid, sino todos?. Una medida que ya han pusieron en practica algunas televisiones, sin que se hayan visto otros resultados que no sean los de expulsar a miles de redactores, cámaras, electricistas, regidores, maquilladores, y a todos los que hacen posible que cada día al levantarse usted se encuentre con el periódico en la puerta, la radio y la tele encendida.

   Los argumentos son siempre los mismos: estamos en crisis, vamos a despedir personal o a externalizar servicios. Resultado en un sector que conozco bien: un total 8.822 profesionales en paro y 70 medios de comunicación cerrados. Cifra que produce escalofríos, y que pasa  desapercibida, inmersos como estamos en dar noticias que afectan a otros sectores, no sea que si hablamos de nosotros nos acusen de corporativistas, cuando la realidad es que la mayoría de los que trabajan en periódicos, revistas, radios y televisión, viven atenazados por el miedo. Un sentimiento perverso que se va apoderando de la gente, hasta destruir todas sus esperanzas de futuro. Algo que deben intuir los de la Sanidad Pública y que es lo que ha obligado a la FAPE (federación de Asociaciones de Periodistas de España), a dar la voz de alarma ante la grave situación que atraviesa la prensa, que se ha llevado por delante a miles de jóvenes que soñaron con llegar a ser un Manu Leguineche, un Matías Prats, una Mercedes Milá, un Manuel Vicent, o un Raúl del Pozo.

   Estamos de acuerdo en que deben tomarse medidas para evitar que nos ahoguemos en nuestro propio vómito, pero lo que no podemos consentir es que esas medidas se tomen sin tener en cuenta sin consultar a todas las partes implicadas,  o si se podrían tomar otras que causasen menos dolor, menos desesperación, menos paro.

   A veces los políticos, al igual que muchos empresarios, se olvidan de la fuerza de la gente cuando a esta se le intenta expulsar del sistema, de su casa o de su trabajo, en nombre de la rentabilidad. Externalizar la Sanidad no demuestra más que los políticos no confían en la capacidad de gestión de los funcionarios, y si en la de los empresarios privados. No me parece mal siempre y cuando no esté en juego un patrimonio que todos hemos contribuido a crear. Si lo que buscan es una mejor gestión, lo tienen fácil, pongan al frente de la Sanidad, a gestores  preparados, que en la Administración Pública los hay, y algunos de reconocido prestigio.
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