www.diariocritico.com
Generación Z

Generación Z

lunes 07 de enero de 2013, 11:06h
No hablaré de oídas. Mi hijo menor  entra de lleno en eso que los sociólogos  y psicólogos sociales  actuales han venido en llamar  la "generación Z", los nacidos entre 1994 y 2003. Un grupo de adolescentes y jóvenes que  lo han tenido todo  a pedir de boca y que han crecido  al tiempo que las nuevas tecnologías y se mueven en ellas como pez en el agua. Las vacas flacas vienen ahora, con la crisis,  cuando  ya no se pueden dar todos los caprichos y no queda más remedio que adaptarse.
 
Si la generación Y, los nacidos en la década de los 80 y primeros años de los 90   son, en su inmensa mayoría, esclavos de los  videojuegos y  de la  tele, los más jóvenes, los Z, lo son de internet y las redes sociales. No les falta razón a estos últimos cuando argumentan que la circunstancia de sus  antecesores generacionales (en muchos casos, incluso sus hermanos) era peor, porque estaban  totalmente solos frente a la máquina, mientras que, al menos, ahora con internet,  ellos están con gente, aunque a distancia. Además, la mayoría son  chicos y chicas que conocen ya en la vida real.
 
Nuevas  y viejas generaciones
Una de las primeras  circunstancias que delatan que ya has dejado la juventud y que has pasado a formar parte de eso que los jóvenes  denominan genéricamente "los mayores" es que  un día  te descubres  lanzando a tus hijos los mismos mítines  que tus padres te  dieron a ti:  nosotros  éramos más sanos; sabíamos divertirnos sin necesidad de  gastar  y gastar; ¿qué necesidad tienes de  irte al otro extremo de la ciudad  para ir a la disco, si  cerca de casa tienes varias?, etc., etc...
 
Antes que culpar a nuestros hijos de sus  limitaciones, hay que ser autocríticos y tratar de ver  donde está la raíz de las mismas. Ser  impacientes, hedonistas,  tener poca tolerancia a las frustraciones, estar muy consentidos e, incluso,  ser individualistas  -algunas de  las principales características atribuidas a los jóvenes Z- no  surgen por generación espontánea sino como consecuencia de nuestra educación.  Más exactamente, de nuestra mala educación.

Siempre ha sido más fácil  ceder a la presión del chaval o la chavala que pide y pide con  el argumento de que  la vecina, el amigo, el compañero ya lo tienen, que  argumentar que muy bien, pero que a tu madre y a mí   nos parece que eso no es necesario. Y luego, por supuesto, arrastrar y soportar las consecuencias de la negativa. Los padres  habríamos tenido que enfrentarnos  no solo al hijo sino también a la sociedad que  sutilmente presiona de tal modo que  no siempre estamos preparados para   poder soportar esa presión.

Ahora  ya es tarde para volver atrás. Es, además, materialmente imposible y, como todos los  jefes que en el mundo han sido, hay que trabajar no con los colaboradores ideales, sino con los que  hay. Si nos hemos equivocado, aprendamos de nuestros errores y  ayudemos ahora a nuestros hijos a  superar las frustraciones que supone  decir "no", de la mejor manera posible: explicándoles por qué. En estos tiempos es inevitable sustraerse a la  restricción  (no, esto no  podemos comprarlo) y al esfuerzo (si lo quieres, gánatelo).

"Les costará cambiar sus valores de todo es gratis, todo es fácil, todos tienen derecho a todo solo por haber nacido", apuntaba Juan Díez Nicolás, catedrático de Sociología de la  Universidad Complutense de Madrid, en un reportaje sobre el tema  que leímos hace unos meses en ABC, pero es que ya no  les queda  y no nos queda otro remedio. Vivir es esto: luchar contra la adversidad, con constancia, voluntad y  empeño. Siempre ha sido así, y  también esta vez  la Generación Z construirá un mundo bueno aunque sus mayores  hoy  los veamos como un desastre, sin querer ver que somos nosotros mismos quienes hemos  colaborado a construirlo.

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios