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En una guía gastronómica

Descubriendo Río de Janeiro a través de la comida callejera

Descubriendo Río de Janeiro a través de la comida callejera

lunes 04 de marzo de 2013, 17:37h
Quienes busquen una buena comida en Río de Janeiro pueden explorar los numerosos puestos callejeros que ofrecen algunos de los platos más típicos de la comida brasileña, ahora recogidos en una guía gastronómica.
Desde la típica feijoada (arroz y fríjoles con carne de cerdo) a los "salgadinhos" (aperitivos salados) pasando por los buñuelos de bacalao o las internacionales hamburguesas, Río de Janeiro ofrece deliciosas y más económicas comidas que cuentan con el plus añadido de la amabilidad y buen humor de los vendedores cariocas.

Estas delicias de la gastronomía han sido recogidas en "Guia carioca da gastronomia de rua" ("Guía carioca de la gastronomía callejera"), compuesta por dos tomos, y un portal de internet, ambos firmados por el director de documentales Sérgio Bloch.

Con una obra cinematográfica centrada a lo que sucede en las calles, Bloch cuenta que la idea de este proyecto surgió cuando dirigió el cortometraje "Na boca do povo" ("En la boca del pueblo"), dedicado a la comida que se prepara, vende y degusta en lugares públicos.

De aquel documental de apenas tres minutos surgió a comienzos de 2012 la primera edición de la guía gastronómica callejera, que por su buena acogida pronto se vio acompañada de una segunda edición con nuevos platos y una página web.

A ello se suma una aplicación para smartphones, "O chefe ambulante" ("El cocinero ambulante"), que será lanzado próximamente y que ayudará a que el usuario pueda localizar el puesto de comidas que más le interese.

El proyecto de Bloch ha reunido hasta el momento a 36 cocineros seleccionados por la comida que ofertan pero también por su personalidad.

"Damos mucho valor a la persona que hace la comida. Cada cocinero es un artesano. Hace la comida a su manera, con su gusto, sus condimentos y su personalidad", explica Bloch.

De este modo, los turistas y habitantes de Río de Janeiro pueden conocer puestos como el de caipiriñas de Luizinho, que suele situarse en los mercados callejeros del barrio Laranjeiras y que a la vez vende discos de samba y choro, su músicas favoritas.

Otra opción es el de zumo verde de Estela, quien asegura que su bebida, hecha con frutas, hortalizas y plantas como pepino, manzana, col o jengibre, fue la que le salvó del cáncer de cuello de útero que le diagnosticaron hace más de trece años.

Bloch describe a estos particulares cocineros como "personas con historia, con carisma y que saben atender, que tienen el placer de hacer lo que hacen".

"Me interesa el tipo que se implica en el trabajo que hace y lo hace con amor y dedicación", insiste el autor; es una manera, a su juicio, "de presentarse ante el mundo, ofreciendo una cosa que él cree que es buena para las personas".

Ese "amor y dedicación" se puede notar en cocineros como Severino, que llegó a Río en 1969 desde el estado de Ceará, en el noreste del país, y que vende buñuelos de bacalao en la feria de los sábados de la calle General Glicério, también en Laranjeiras.

Severino, o Mazzaropi como también es conocido por su parecido con el actor brasileño Amácio Mazzaropi, contó que el éxito de la venta de estos buñuelos, entre 850 y 1.150 cada semana según sus datos, le da "una fuerza, un subidón" para seguir adelante.

La web y los libros de Bloch recogen comidas y bebidas para todos los gustos y en todas las zonas de Río de Janeiro, desde la turística playa de Ipanema, en el sur de la ciudad, hasta los menos conocidos barrios de las zonas norte y oeste.

Todo ello permite conocer la ciudad y el país desde otro punto de vista, el de una gastronomía rica en ingredientes de muy diverso origen y preparada con amor y simpatía.
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