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¿Por qué quiere pactar el PSOE? ¿Y el PP?

¿Por qué quiere pactar el PSOE? ¿Y el PP?

jueves 06 de junio de 2013, 20:30h
Al sistema parlamentario español le repugnan los pactos que no sean para gobernar.

Ha habido pactos históricos en nuestra intra-historia, el pacto antiterrorista o el pacto de Toledo; incluso los Pactos de la Moncloa, pero son golondrinas en Abril: nuestro sistema es refractario al pacto que no se atenga a la matemática parlamentaria.

Ahora, cuando el descontento contra los políticos es descomunal, todos nos hablan de pacto. Si llega, pactarán vaguedades y a estas alturas, un pacto sin concreciones es un bumerán porque lo que necesitamos es un pacto constituyente que establezca una reingeniería del modelo de sociedad que queremos frente al que tenemos.

¿Por qué querrá pactar el PSOE? Es posible que busque ganar tiempo y restañar las heridas o desviar la atención informativa de su oposición facilona y llena de tópicos o... ¿o qué?

No veo el sentido de un pacto con quien tiene mayoría absoluta -pacta sunt gobernanda- y no necesita hacer más voluntad que la suya propia. El gobierno no cederá en sus planteamientos porque dice creer en ellos y el PSOE no apoyará al gobierno porque dice no creer en ellos. Me da que todo quedará en palabras huecas, frases ambiguas y párrafos generalistas; cosas como "pactamos que el o la mar es salado o salada y pedimos con firmeza ("pedir con firmeza" es menos que "exigir" pero más que "rogar") a Europa que tenga en cuenta la posibilidad de desarrollar una planificación integral del acuerdo marco que procure las medidas sociales, políticas y económicas para un relanzamiento del trabajo de los jóvenes en nuestro país." No significa absolutamente nada pero suena bien e incluye las palabras adecuadas y leído con convicción adquiere el tono marcial propiciatorio.

El PSOE debería recomponerse y hacerlo con inteligencia. Esta salida hacia adelante no tiene recorrido y solo servirá para marear más la perdiz. El PSOE no es alternativa ahora y ni siquiera tiene un discurso disyuntivo. Pretender que se tiene algo que ofrecer en un pacto que la contraparte no necesita es poner los bueyes delante del carro.

Con el PSC imponiendo un absurdo federalismo asimétrico (dos cosas a esto: 1) el sistema Federal se inventó para unir lo que está separado; no para separar lo que está unido y 2) Federalismo y asimetría huelen extraordinariamente a lo mismo pero con más problemas), las federaciones Madrileña y Valenciana convertidas en reinos de taifas, la andaluza anquilosada o las de Ceuta, Melilla y Cantabria convertidas en meras comparsas a la caza del bisagrato, el PSOE debería concentrarse en sí mismo y remozarse hasta los cimientos.
La época que empezamos a vivir requiere modular las respuestas sin retorcer los principios. Muchas ideas van a tener que ser transversales como ya lo son el medio ambiente o la progresividad de los impuestos y va a ser necesario que todos los que aspiren a representar a la ciudadanía, más allá de las siglas, sean capaces de proponer honradamente soluciones para hacer frente a cualquier coyuntura aplicando sus convicciones.

Esto de un pacto en este momento resuena a ocurrencia y, de nuevo, a que nos enredan con el dedo para no ver la luna: Cospedal dice que habrá que definir qué se pacta, Rubalcaba que el PP irá a Europa arropado, Rajoy que cualquier apoyo es bienvenido, Valenciano que un pacto no significa estar de acuerdo en el aborto o en la sanidad. No veremos ningún contenido concreto: no hay materia común sobre la que pactar. Ni hay una contraparte que dé muestras de necesitar un pacto.

Ni el que lo propone está en disposición moral y física de plantear nada serio apenas 17 meses después de la mayor debacle electoral de su historia y sin haber subsanado ni las responsabilidades personales ni las deficiencias programáticas. En plata: si las personas no convencieron ni las ideas lo hicieron ni las propuestas lo hicieron, el PSOE tiene cáncer y, o bien se da cuenta y pasa a quimioterapia, o bien presenta un pacto huero y arriesga metástasis.

El advenimiento de cada nueva tecnología ha cambiado el paradigma: la rueda, el desarrollo naval (América), la electricidad. La evolución es cambio y el mundo no fue igual después de la agricultura o de la máquina de vapor ni lo será tras la sofisticación informática que está cambiando nuestras interrelaciones. Es cuestión de tiempo, poco posiblemente, y nada volverá a ser como antes: el sistema binario ha venido para quedarse.

@manuelpascua
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