domingo 09 de junio de 2013, 09:38h
Nunca se me olvidará que mi compañero y sin embargo amigo Tomás Balbontín decía cuando llevaba encima algún que otro cubata que le gustaba una hartá Dyango porque le recordaba a su hermano mayor. Por aquella época en la que primaba el humor ácido e inteligente de Les Luthiers, los últimos estertores poéticos de Luis Eduardo Aute y los primeros de Joaquín Sabina y la Nova Trova Cubana de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, a la mayoría Dyango nos
recordaba más a nuestros padres, sobre todo cuando entonaba Suspiros de
España o alguno de sus conocidos boleros versionando a Los Panchos. La mayoría pensábamos que Dyango, cuyo verdadero nombre es José Gómez Romero,
se encontraba totalmente retirado del mundo del espectáculo, pero hete
aquí que una cadena de televisión propiedad de la Iglesia que le ha
cogido el relevo a Intereconomía fichando incluso a las estrellas
mediáticas de la tele de El Gato, le hace una entrevista a Dyango sacándolo
del letargo en que estaba sumido el cantante de la voz ronca y gastada y
éste, no sé si por intentar recuperar a sus 73 años un protagonismo
perdido o por esa ansia de muchos charnegos de ser más papistas que el
papa, se declara catalán independentista, abogando por una Cataluña
soberana y libre del yugo españolista. Estupendo Pepe Gómez, me
parece cojonudo que tras varias décadas de ignorar tus raíces enarboles
ahora la senyera junto a otras glorias pasadas de rosca como Paco Ibáñez o Peret, vaya tres patas para un banco. ¿Donde están Joan Manuel Serrat, Luis Llach, Maria del Mar Bonet o Francesc Pi de la Serra? Si estos. Ibáñez, Dyango y Peret, son los representantes musicales que defienden el proyecto independentista de Arturito Mas, apaga y vámonos. Apañados van los catalanes.
El
asunto no tendría mayor importancia si no fuera porque las llamadas
redes sociales convierten ahora cualquier chorrada en lo que ellos
llaman "treding topic", es decir en la noticia más comentada en Twiter,
lo que da una idea del nivel y las preocupaciones que tienen los
habituales de esta red. Yo no voy a defender a estas alturas de la
película ni a Dyango, allá cada cual con sus paranoias
nacionalistas, ni a quienes tachan ahora al cantante de haberse vendido a
CiU después de haber grabado discos entonando pasodobles tan patrios
como Suspiros de España y ganar el festival de Benidorm en 1976, casi
con Franco de cuerpo presente, con aquella copla que decía "Si yo fuera
él...". Si yo fuera él evitaría estas polémicas que lo único que pueden
conseguir es que ni él ni su hijo Marcos Llunas. ambos defensores
de RTVE en sendos festivales de la OTI, sigan cobrando royalties de la
Sociedad de Autores por vender discos en español. Porque ya han salido
algunos pidiendo que no se compren más discos de Dyango, algo que, por
otra parte, no sería necesario pedir porque me parece a mí que Dyango
lleva bastantes años sin vender un disco. Por no comprarlos no los
compra ni mi amigo Tomás Balbontín.
Todo este lío de la 13TV y
Dyango pone en evidencia que vivimos en una sociedad absolutamente
manipulable y manipulada. Se forma la de Dios es Cristo por la
gilipollez más grande que diga ante las cámaras el impresentable más
zafio y todos, ya ven, yo también, entramos al trapo posicionándonos a
favor o en contra de algo que tendríamos que ignorar por futil e inane.
Pero, claro, si resulta que el Gran Hermano de la Milá o el Sálvame de
Jorge Javier baten audiencias semana tras semana, no es de extrañar que
aquí hasta el más tonto siga haciendo relojes. Como será la cosa que el
PSOE ha tenido esta semana una reunión a las más altas instancias en
Sevilla, Rubalcaba incluído, para debatir, no se lo pierdan, no sobre el
problema del paro o la crisis económica, no, sino sobre la igualdad de
la mujer y las listas cremallera. Y se han quedado tan panchos. Visto lo
visto no sé si son más importantes las declaraciones de Dyango tanto
unas como las otras no deberían ocupar ni las escasas matrices que caben
en un simple twit . Tontos (y tontas) hay en todos lados.