viernes 16 de agosto de 2013, 16:16h
Hay momentos en que si uno enciende el
televisor descubre que en casi todos los canales anuncian, y como una
gran cosa por cierto, mangueras flácidas. ¿Mangueras flácidas? Pero,
¿para que puede necesitar uno una manguera flácida? Para meterla en
cualquier sitio, sugiere la publicidad del producto. ¿Y para qué puede
querer uno meter una manguera flácida, que es como un gurruño, en ningún
sitio? Las venden en la televisión, y las hay de diversas marcas,
colores y longitudes. Se enchufan al grifo, y según se acciona el mando
de éste y el líquido penetra por la cosa, la manguera va perdiendo su
flacidez hasta ponerse rígida y todo lo dura que puede ponerse una
manguera. La turbación del que contempla el fenómeno escala a cotas
elevadísimas cuando, huyendo de la espantable visión, encuentra
mangueras flácidas similares en los otros canales. Encima, suele pasar
de noche, y sin haber bebido ni ingerido estupefacientes de ningún tipo.
La manguera flácida refuerza el aire irreal de éste agosto que,
además, no parece agosto, sino un trámite entre la comparecencia de
Rajoy en el Senado y la que le tocará rendir, contra su voluntad
igualmente, a primeros de septiembre en el Congreso, si es que han
acabado las obras de renovación superficial y cosmética. En medio, eso
sí, y par darle más irrealidad al asunto, una cuerda de secretarios
generales del PP testificando ante el juez, alguno de ellos, alguna para
ser más exactos, socorrida y jaleada por unos inquietantes cachorros
del partido que, de paso y para matar el tiempo, se dedican a reírse de
los abuelos estafados por las preferentes que sobreviven de milagro al
Madrid calcinante y reclaman la justicia que el PP, que sigue
controlando Bankia como controló en su día todas las Cajas que la
integran, les niega. Los telediarios, entre manguera flácida y manguera
flácida, nombran el suceso de pasada antes de meterse de hoz y coz en lo
de Gibraltar.
Pero lo más irreal de todo, lo más turbador, es el efecto en
semejante escenario de lo que cuenta Cospedal al juez: fue Rajoy el que
encargó a Arenas el apaño con Bárcenas, esto es, un dineral, coche,
chófer, secretaria, despacho y minuta de los abogados. Ahora no saben
qué hacer los unos con los otros, los cospedalistas con los arenistas,
Rajoy con ambos, ambos con Rajoy, pero la gente sí sabe que haría con
todos ellos, esa es la verdad.
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Comentarios
Últimos comentarios de los lectores (2)
23183 | halvert - 18/08/2013 @ 14:58:47 (GMT+1)
Me parece sumamente lamentables, que las NNGG del PP, acudan a la audiencia nacional, ha mofarse de los estafados de las preferentes, e incluso provocando momentos de autentica tension. Esa es la educacion politica que los dirigentes del PP, inculcan a los cachorros de esta formacion, la intolerancia, la insolidaridad, y la provocacion de quienes lo hemos perdido todo nuestro sudor.
23182 | halvert - 18/08/2013 @ 14:54:07 (GMT+1)
Si señor Torres, eso esperaba este desgobierno del PP, que los estafados por las preferentes de bankia, eramos "flacidos", nunca mas lejos de la realidad seremos su sombra, mientras no nos devuelvan lo que legitimamente nos pertenece por derecho, nuestro sudor y trabajo. Seguiremos hasta el final, y el poder judicial al lado nuestro en busca de justicia.
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