La sociedad impone unos cánones de belleza férreos que conllevan múltiples peligros, reducir la alimentación hasta someterse a un ayuno total o provocar el vómito obsesivamente, puede convertir estas prácticas en una enfermedad la anorexia y la bulimia.
Este tipo de trastornos alimenticios se dan entre las jóvenes de doce a treinta y cinco años, que constituyen los mayores grupos de riesgo de la sociedad. Someten a quien las sufre a un tormento en vida, es imprescindible conocer y no traspasar los límites que delimitan la estrecha línea entre la enfermedad y una buena alimentación. Psicólogos y terapeutas recomiendan fijar unas demarcaciones estrictas a las imposiciones sociales de belleza, de modo que la gente se olvide de los tratamientos de belleza, de las dietas y de evitar que toda nuestra atención gire en torno al aspecto del cuerpo.
Para que se lleven a cabo estas consideraciones, se aplican desde muy temprana edad en la escuela y en casa, fomentando la autoestima del niño. Además de la seguridad en sí mismo, para apreciar la diferencia con los otros. Es esencial que el círculo familiar asuma la situación, le acompañe y le anime a tomar medidas y buscar ayuda.
Cuando existe algún tipo de sospecha se requiere la búsqueda de profesionales para comenzar a luchar contra estas difíciles enfermedades. Resulta necesario contar como mínimo con un psicólogo que estudie el trastorno, un médico para que controle el tratamiento y un nutricionista.
Un nutricionista en Madrid o la ciudad a la que se pertenezca, para calcular el índice de masa corporal necesaria por debajo de la cual aparezca la desnutrición. Anualmente se produce un aumento imparable de nuevos casos tanto de adolescentes como adultos, y no hablamos solo de mujeres, también el aumento se refiere a hombres que cada vez en mayor número engrosan estas desgraciadas estadísticas.
Autora: Virginia García
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