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Preysler, Cisneros, Llor, Romero

Preysler, Cisneros, Llor, Romero

jueves 06 de marzo de 2014, 08:14h

Bien decía Cristo que la fe mueve montañas, una sabia sentencia que, por cierto, por las fechas  en que yo esperaba ir al cielo no me resultaba muy creíble. Con los años, comprobé que todas las personas que movían montañas en los más variados campos tenían una fe a prueba de bombas nucleares. Un ejemplo de persona que tiene una fe incombustible - y, en primer lugar, en la  religión católica y, en segundo lugar, en Porcelanosa y otras buenas compañías - es Isabel Preysler. Una reciente noticia, firmada por María Eugenia Yagüe,  cuenta que bautizó a una hija a espaldas de su marido Miguel Boyer que, como mínimo, es agnóstico. ¿Es comprensible el bautizo de la niña cuando hay disparidad de criterio entre madre y padre?  Comprendo  a Isabel Preysler porque, si la niña llegaba a morir por aquellas fechas sin bautizar, le esperaba un limbo para toda la eternidad con la  desgracia de no ver ya jamás a Dios, ni a la  Virgen, ni a su madre Isabel Preysler.  Isabel Preysler emuló  a Cisneros, el cardenal de España que, en la Granada de 1499, bautizó a muchos hijos de elches - cristianos convertidos al islam - sin el consentimiento de sus padres. A la  madre de Juan Pablo II se  le murió un hijo sin bautizar y  sufrió la tragedia del limbo durante toda la vida.  En 2007, Benedicto XVI,  inspirado por el Espíritu Santo, de un plumazo papal, redujo el limbo a una simple hipótesis teológica. Un himno esproncediano: ¡oh hipótesis!, ¡oh  prensa del corazón!, ¡oh excelente biografía Cisneros, el cardenal de España (Taurus) de Joseph Pérez!    

¿Y quién fue Cisneros?, me pregunto una hora antes del Atlético de Madrid-Real Madrid sin todavía haber asimilado bien la derrota por 2-0 de Osasuna en el campo del Levante. Cisneros fue confesor de la reina Isabel desde 1492, fue arzobispo de Toledo en 1495 y fue inquisidor general de Castilla y cardenal en 1507. Cisneros llevaba la política inscrita en su ADN en una época en que el acrónimo ADN no significaba lo que significa hoy sino que significaba A DIOS NAVARRA (ADN). Y así fue. Con Cisneros infiltrado entre las bambalinas del poder detentado por los Reyes Católicos,  Navarra dijo adiós a su independencia y se incorporó a la corona de Castilla. Cisneros se hizo cargo de la regencia  en dos ocasiones (1506-1507 y 1516-1517).  En el único terreno en el que Cisneros fue no solo un hombre medieval sino incluso premedieval fue el religioso. Su capacidad para el exterminio de árabes en Granada  y quemar públicamente coranes musulmanes batió récords históricos. Por otra parte, reformó la Iglesia, fundó una de las universidades más importantes de su época, la de Alcalá de Henares, y fue el alma en la creación del equipo que, hace exactamente 500 años, publicó la Biblia Políglota Complutense.  

  Entre los muchos aciertos que tiene Cisneros, el cardenal de España hay que incluir también una frasecita que no deja de resultar cómica. Escribe Joseph Pérez que la reordenación que impusieron los Reyes Católicos implicó un régimen en el que el rey, en virtud de la teoría del poder real absoluto, que hereda de Dios, asume el solito la dirección de toda la política del reino. Y dice textualmente Pérez: "Se trata de un régimen no precisamente absolutista, sino más exactamente autoritario". Hagamos una simple pregunta: ¿la dictadura de Franco, en la que, todas las mañanas, le teníamos que pedir permiso al caudillo incluso para dar los buenos días a nuestra madre, fue una dictadura o fue simplemente un régimen autoritario? En la entrada "Franco Bahamonde, Francisco" el historiador Luis Suárez tampoco habló de 'dictadura' sino de régimen 'autoritario' y levantó una fortísima polémica.  Obviamente, a los dos historiadores se les ve la firme voluntad de exculpar el absolutismo y la dictadura de sus adorados líderes.  

Alterno la lectura de Cisneros, el cardenal de España - un libro, reparos aparte, espléndido -- con la lectura del magnífico libro Vivos en el averno nazi ( Crítica) de Montserrat Llor Serra.  La autora fue a la busca de los últimos supervivientes españoles de los campos de concentración de la segunda guerra mundial. Las entrevistas a 23 supervivientes son impresionantes. La valentía de Montserrat Llor Serra para ocuparse de estas historias es suprema. Se merece dos estatuas: una en Barcelona - es catalana - y otra en Madrid.  

Lanzado ya por la vía de las crudezas asisto en el madrileño Café Libertad, 8, a la presentación de la novela El gran juego de José  Romero "Romel" publicada por Pigmalión. Romero es policía municipal del ayuntamiento de Madrid. José Menéndez Hernández escribe en el prólogo que José Romero, en su ágil narrativa, explora con gran precisión los sentimientos de sus personajes y analiza bien las emociones de su personaje Durán y de sus sucesivas 'partenaires' sexuales. 

 Ah, la filipina Isabel Preysler, tan buena para bautizar a los hijos, tiene las raíces de su árbol genealógico... ¿dónde? ¿Dónde iba a ser?: según la excelente periodista María Eugenia Yagüe,  en Navarra, la reina de los bautismos.   

 


Sexo,religión y fútbol para hacer reir al lector en los 'Cuentos reunidos', publicados por Pigmalión, de nuestro colaborador Ramón Irigoyen

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