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El hombre que creyó en la democracia

El hombre que creyó en la democracia

sábado 22 de marzo de 2014, 20:28h
En España cuesta reconocer los méritos en vida, y eso que si algo hay indiscutible es que Suárez fue vital para la democracia en España. Y además ahora que existe una decepción casi antológica con los políticos viene bien la imagen de Suárez, un hombre que supo anteponer los intereses de todos los españoles sobre los de su propio partido. Eso hoy sería considerado una herejía por la mayoría de los políticos, demasiado ensimismados en sus campañas, siervos de su propio partido antes que del país. Nada descubro si digo que la razón de que los ciudadanos consideren la política como uno de los mayores males, está en la actuación de esos políticos que solo pueden sentir su ideología, que no pueden tener la razón de estado como uno de los argumentos básicos para actuar.

    Pues hay materias a las que la lucha partidaria sienta mal. Los asuntos exteriores, la sanidad o la educación, por ejemplo, deberían ser asuntos de causa común, algo así como unos derechos ciudadanos indiscutibles, razón más que suficiente para que los distintos partidos llegasen a un acuerdo de mínimos, o al menos los dos mayoritarios, pues no pueden pretender una revolución del sistema cada vez que haya un cambio de gobierno. Esa sensación se llama sentido común, o sentido de estado, palabras a las que parece algunos líderes tienen alergia. Piensan que en la disensión podrán encontrar su identidad y sus votos. Pero no entienden que hay asuntos en los que no se puede funcionar desde la perspectiva de una guerra permanente.

    Ese argumento de amplia generosidad lo tuvo Suárez siempre claro. Y es algo que algunos nunca le perdonaron. Sobre todo en sus propias filas, donde se realizó una terrible campaña para desacreditar al tipo más noble que ha conocido la política española. Y no solo los suyos claro. Tampoco la oposición, entonces el PSOE, perdió oportunidad de masacrar a aquel tipo que estaba rompiendo los egos y los intereses personales. Hubo un momento en que parecía que todo el país estaba en contra de Suárez, cuando lo único este hombre pensaba era en el bien común antes que en su propio interés. Incluso cuando creo el CDS lo hizo con una honradez que los demás políticos, ávidos del interés propio, ni merecían ni consiguieron entender.

    Que ahora aparezca, porque está cerca de la muerte, la figura de Suárez, es algo que no ennoblece nuestra política. Este hombre debería haber sido un modelo para los políticos de ahora, atacados por el egoísmo y la ausencia de grandeza. Deberían tener su foto en los despachos y ser considerado un líder perenne. Pues Suárez dio una lección de generosidad que muchos deberían aprender, y ahora echamos de menos.              
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