El primer ministro francés, el 'catalán' Valls, pide que "no se produzcan nuevas fracturas" en Europa

El mayor interés estaba puesto en lo que pudiese decir Manuel Valls, el primer ministro francés, que nació y creció en Barcelona y que es considerado un enemigo feroz de las tesis independentistas de la Generalitat catalana. Hablando primero en un aceptable catalán, Valls, que se declaró "apasionadamente francés", comenzó señalando las "sorpresas" que da la vida, viéndose ahora en su barrio natal  como primer ministro de la vecina Francia. "Me siento francés y europeo", dijo, hablando luego en francés y en español. Habló -rara avis-de Ucrania y de las elecciones, también el domingo, en aquel país vecino de Rusia. Pero ni citó a los nacionalistas catalanes, ni a Artur Mas ni los problemas derivados de los intentos secesionistas. La igualdad de las mujeres, los problemas del paro y la crisis en Europa, fueron también la tónica del vibrante discurso de Valls. "Europa no ha sido suficientemente protectora frente a la crisis", dijo un muy aplaudido Valls. "Europa necesita unidad y solidaridad; no permitamos que se produzcan nuevas fracturas", fue, acaso, el único pasaje algo significativo de Valls, en el que podía colegirse su rechazo al independentismo catalán. "Unidos somos más fuertes", recalcó.

Felipe González cerró el acto, advirtiendo de entrada que iba a hablar bastante de fuera "y muy poco de las cosas de dentro". Pero empezó hablando de las palabras 'ofensivas' del candidato del PP, Cañete, refiriéndose, en tono jocoso, a su "sobrepasada inteligencia". "Las políticas no son nacionales y mucho menos nacionalistas", dijo González, también en una velada, muy velada, alusión a la situación que se vive en Cataluña. Es cierto que el ex presidente sobrevoló inicialmente las cuestiones domésticas para remontarse a las europeas; pero de inmediato descendió al ataque a las políticas del Partido Popular, que antes "no quería la Constitución y ahora no quiere que se reforme". Pero "se abrirá paso la vía de la reforma" y "quiero recordar a los ciudadanos de España y de Cataluña que en la identidad de los catalanes están el diálogo y la concordia".
 
--Pocas banderas catalanas y ninguna republicana--
 
Bastantes banderas europeas, muchas -lógicamente-del PSC, algunas cuatribarradas catalanas y ninguna española ni republicana. Elena Valenciano llenó un polideportivo en Vall d'Hebron, Barcelona, acompañada de Felipe González, del candidato a la presidencia de la comisión, el socialista Martin Schulz, y por el primer ministro francés, Manuel Valls, nacido precisamente en este barrio barcelonés. Unas tres mil personas, en su mayoría de edad avanzada, se entusiasmaron ante los mensajes de las 'dos europas' lanzados por Valenciano, que no hizo (demasiado) hincapié en las recientes declaraciones 'machistas' de Arias Cañete. En general, los mensajes de los oradores se centraron más bien en la dicotomía Europa rica, cada vez más rica, y la pobre, cada vez más pobre, según dijo Schulz. Pero el eurocandidato no pudo evitar alguna alusión a las palabras 'discriminatorias' del cabeza de lista del Partido Popular, prometió que habrá tantas comisarias como comisarios en la futura ejecutiva europea que él presida, aseguró que la lucha contra el paro juvenil será su prioridad y tampoco hizo la menor alusión al 'problema catalán'.


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