Definitivamente soy un bicho raro. Debo de ser una de las pocas personas en todo el mundo que no ha visto ni un solo capítulo de la famosa serie Juego de Tronos, que dirige
David Benioff. Por eso me quedé tan tranquilo cuando surgió la noticia de que la productora había elegido Sevilla como escenario de la nueva entrega de la saga americana de fantasía medieval y, pese a sus diferencias, desde el alcalde,
Juan Ignacio Zoido al jefe de la oposición socialista, Juan Espadas, pasando por la presidenta de la Junta,
Susana Díaz, se han mostrado encantados con el asunto. El caso es que por pura y malsana curiosidad inmediatamente entré en internet para ver de qué iba la cosa y vi asombrado que, solo a los dos días de la convocatoria pública, había miles de sevillanos (más de diez mil según la organización) que habían mandado su solicitud, su foto y su e-mail a la dirección
[email protected] para ver si los elegían como extras en el rodaje que comenzará el próximo mes de octubre.
Lo curioso es que los aspirantes no son sólo jóvenes fans de la serie que buscan un dinero fácil como cuando
David Lean filmó hace ya unos cuantos años, a principios de los 60, en los Reales Alcázares y en la Plaza de España, algunas escenas de
Lawrence de Arabia. Ahora hay de todo. Además de los innumerables parados que pueblan nuestras calles, ahora hay mucho jubilado aburrido que quiere ser inmortalizado para la posteridad como guerrero, consejero, criado, esclavo o simple ciudadano paseante de cualquier mercado de uno los Siete Reinos que domina
Robert Baratheon. Hay amigos de más o menos mi edad que me han pedido que, ya que llevo moviéndome por influyentess círculos sevillanos durante varias décadas, mueva mis hilos y mis contactos para conseguir un puesto en el rodaje. Como será la historia que las redes sociales se han poblado de imágenes de personajes de la serie en traje de luces tomando la alternativa en la Maestranza, vestidas de gitana, paseando a caballo por el Real de la Feria o, (y es una de las más conseguidas) sentando a Susana Díaz en el todopoderoso Trono de Hierro. Una imagen que, se mire como se mire, tiene una doble lectura política en estos momentos claves para el socialismo hispano.
No tenemos remedio. Lo de menos es que los americanos se dejen en la ciudad cien millones de euros y que, como ha ocurrido en anteriores ocasiones, la imagen como decorado de la capital de Andalucía recorra los cines o las televisiones de medio mundo, aquí lo que prima es el cachondeo trastocando el grito de "mhysa" (madre) original por el gaditano "pisha". Dejando a un lado la guasa, inherente con el carácter hispalense, hay que reconocerle a la Andalucía Film Commission de
Carlos Rosado que se haya movido para traerse a Sevilla el rodaje de Juego de Tronos. Si "Lawrence de Arabia" y "La Batalla de Inglaterra" marcaron un hito en los años 60, "El Viento y el León" en los 70, "Reds" en los 80; "1492, La Conquista del Paraiso", "Solas" y Nadie Conoce a Nadie, en los 90; ha sido a partir del inicio del nuevo siglo cuando Sevilla se ha confirmado como el escenari ideal para muchas producciones tanto nacionales como internacionales. Títulos como "Star Wars: El ataque de los clones", "Carmen", "Siete Vírgenes", "El Reino de los Cielos", "Alatriste", "Noche y Día", "Grupo 7", "El Dictador" o "¿Quién Mató a Bambi?" han puesto a Sevilla de moda con lo que ello supone como atractivo turístico. Bienvenido sea pues Juego de Tronos.
Pero no quisiera acabar este artículo sin una pincelada alusiva a las dos personas. ambas del sexo femenino, que, en estos momentos, concitan la atención de buena parte del país. Una, cómo no, es la presidenta de la Junta y secretaria general del PSOE-A,
Susana Díaz, quien sigue moviendo sus peones para que su protegido
Pedro Sánchez consiga hacerse con las riendas del partido en Ferraz. Y lo está bordando. La otra es casi vecina suya en los Juzgados del Prado de San Sebastián,
Mercedes Alaya. La magistrada de los EREs fraudulentos acaba de imputar a otros dieciseis más (la lista se acerca ya a los 200) como presuntos implicados en la red de desfalco de dinero público, entre ellos al ex secretario general de la UGT andaluza y sucesor de Manuel Pastrana al frente del sindicato hermano,
Francisco Fernández Sevilla. así como a varios sindicalistas tanto de la UGT como de Comisiones Obreras. Veremos en qué acaba todo este lío. Ambas mujeres son merecedoras de sendas películas que retraten su trayectoria. O a lo mejor de un única película porque soy de los que piensan que sus papeles se encuentran muchas veces vitalmente entrelazados. Y, claro, como el Juego de Tronos, esa película no tendría otro escenario que Sevilla. Que se anime pronto algún guionista que, seguro, que en España barrería en la taquilla.
Si (
No(
