lunes 16 de febrero de 2015, 09:43h
La
prisa es mala consejera. Esto no quiere decir que la pachorra de Rajoy sea la
más admirable estrategia electoral. Pero las consecuencias de las prisas están
a la vista. El Partido Socialista de Madrid había iniciado con premura la
exhibición del ticket Tomas-Antonio Miguel y ahí tenemos las consecuencias: Uno
descerrajado y otro con muecas de náufrago superviviente, esperando a un señor
sobrevenido. En Andalucía, Susana Díaz decidió, antes del parto, hacer campaña
en el parto y después del parto, y se intensificaron las imputaciones que
enredan cada vez más a activistas de su partido en líos judiciales. En
Izquierda Unida, Tania, la apresurada candidata a la comunidad madrileña se les
ha fugado al mundo onírico de las izquierdas desunidas. En Cataluña, el
adelantador vocacional Artur Mas ha podido contemplar como el grupo que lo
representa en el Congreso ha dejado desautorizado a Duran i Lleida demostrando
que ya no existe Convergencia ni Unió ni para ponerse de acuerdo en algo
de interés común, por encima de las
manías nacionalistas, como es defenderse del terrorismo yihadista. No hay
ningún adelantador del que se pueda decir que están ganando algo con
iniciativas apresuradas que se resuelven cambiando de cerraduras o cambiando de
caras.
Pero,
con todos los estropicios de las prisas, nada más patético que las premuras de
los de "Podemos" pidiendo "elecciones ya", no vaya a ser que se les pase el
arroz. Tienen a su próxima disposición unas fechas inmediatas para demostrar su
potencia electoral y su capacidad de movilización: Andalucía, municipales y
autonómicas, Cataluña, generales a Congreso y Senado. No se sabe si lo que
quieren es adelantar sus campañas o evitarlas, saltándose la prueba de fuego de
distintas fases que pudieran poner al descubierto las contradicciones de sus
propuestas destructivas, la ineptitud de sus equipos y la dudosa probidad de
sus conductas. Aquí la prisa no es para construir una previsión razonable y
razonada de Gobierno sino para jugárselo todo a un solo envite, a cara o cruz,
sin ofrecer otra cosa que la cara y el apoyo de financiaciones exóticas.
Esta
prisa agónica de Pablo Iglesias es, como los nervios de Almodóvar, al sentir
que se quedaba solo entre cineastas mejor vestidos que antaño. Si no es ahora
mismo, en que aún hay algunos despistados que creen en Syriza o en Maduro, no
conviene esperar a lo que se presiente en todos los análisis: el oscuro
porvenir de los pueblos que caen en manos de dirigentes "chalados". La cuestión
no está en las corruptelas o trampantojos por descubrir o aclarar que puedan
desacreditar más o menos a los falsos puritanos que, por sus síntomas iniciales,
o si se quiere iniciarios, no son volumétricamente más gordos que las
irregularidades que afectan a otras fuerzas más poderosas. Se puede ser
cínicamente comprensivo y recordar aquel refrán izquierdista francés que decía
"sin dinero no hay revolución", por lo que hay que buscar el dinero, venga de
donde venga, aceptando injerencias y no teniendo en cuenta para nada lo que
resulte para la unidad o la gobernabilidad de España o para los proyectos de
futuro de Europa. El tema es que ni España como nación, ni Europa como Unión,
pueden permitirse destrucciones en su estabilidad y sus niveles de vida, a
cargo de unas avanzadillas patrocinadas por tercermundismos mal alimentados.
El problema es que la izquierda, hoy por hoy, no
parece capaz de evitar la carcoma que corroe su tinglado. Pero esperemos que,
tampoco, la izquierda va a dejarse descomponer para siempre. También la
socialdemocracia puede resucitar tras la catarsis y restablecer el equilibrio
de las fuerzas alternantes. Por ello, la petición anhelante de "elecciones ya"
de Podemos, más que prisa es la confesión de la urgencia angustiosa de quien se
ha metido en la pista sin calcular el combustible necesario para mantenerse en
la carrera. La prisa es siempre mala consejera. Es mejor caminar con paso lento
y vista larga.
Ex diputado y ex senador
Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
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