Sin mucho que esperar del euro
martes 03 de marzo de 2015, 09:31h
Marzo es un mes más complicado de lo normal para Grecia.
El acuerdo reciente no incluye desembolsos antes de abril y las devoluciones de
marzo suman 7.000 millones. Cómo hacer frente a esos pagos no tiene respuesta
fácil, salvo que lo remedie el BCE, que lo hará, porque como dicen en el
ministerio de finanzas heleno, "no tenemos dinero y ellos lo saben".
Pero no es esto lo que entretiene a los mercados. Su ocupación mayor está en la
puesta en marcha del programa de compra de deuda del BCE y las
posibilidades que ello ofrece. Igual que desde el anuncio el 22 de enero la
renta variable europea acumula alzas de hasta un 9%, en el mercado de deuda,
los grandes actores que se lanzaron a las compras al conocer el anuncio, se la
atan con papel de fumar a la hora de interpretar el primer efecto de la QE sobre
la rentabilidad. La
entrada de un gran comprador habría de llevarlas más a la baja, pero si la
experiencia norteamericana tiene validez, las rentabilidades podrían aumentar
al dominar la presión vendedora de los compradores de las últimas semanas. No
faltarían excusas, pues los indicadores de la EZ han mejorado en los últimos
días y eso incluso podría dar un respiro al euro, pero no será tan fácil. Dos
razones: los primeros que venderán bonos serán los inversores extranjeros, y la
otra, que el balance entre oferta y demanda de nuevas emisiones lo gana la demanda. Así pues,
por el momento, no hay mucho que esperar del euro.