Zapatero dio visibilidad a los homosexuales

A Zapatero se le ha criticado por todo: por no haberse enterado de la crisis, por no haber tomado drásticas medidas antes de que los grandes organismos internaciones como el FMI o el Eurogrupo le obligaran a hacerlo, de noche y con alevosía, incluso por no haber dejado despejado el campo para que el PP no tuviera que hacer después los recortes que ha llevado a cabo, creo que con cierta complacencia y sin rechistar, ya que con ello se ganaba la amistad de la todopoderosa Merkel.

Es más, a Zapatero se le ha criticado por su buen talante, por haber ganado las elecciones en el 2004, cuando nadie lo esperaba. Después del terrible atentado del 11M, que puso al gobierno de Aznar contra las cuerdas por su apoyo a la guerra de Irak. Una victoria que dio oxígeno al PSOE, lo que permitió al expresidente gobernar con holgura durante dos legislaturas. El resto es de todos conocido.

Y sin embargo si me gustaría resaltar algunas de las leyes que aprobó a favor de los más necesitados, de los dependientes, de los homosexuales, subiendo las pensiones más bajas. Una labor que diez años después se le empieza a reconocer, no por el partido en el poder que no se resiste a seguir utilizando lo de la "herencia recibida", pensando que de ese modo conseguirá los más de dos millones y medio de votos que se le han ido a otras formaciones políticas, y que no saben cómo recuperar, lo que demuestra su desconcierto y su incapacidad para comprender, instalados como han vivido en la prepotencia, los cambios que ha sufrido la sociedad española en estos últimos años.

Entre las leyes estrellas de la era Zapatero hay una, la aprobación del matrimonio homosexual, de la que se cumplen diez años. Una fecha lo suficientemente importante como para que podamos volver la vista atrás sin ira, para analizar con calma las ventajas que esta decisión del ex presidente del Gobierno tuvo para quienes hasta ese momento eran considerados poco menos que ciudadanos de segunda. Muchos de los cuales habían sufrido en sus propias carnes el desprecio de quienes consideraban la homosexualidad una grave enfermedad que se podía curar con eternas visitas a los psicólogos o con castigos de todo tipo. Lo que demuestra hasta qué punto estaba vigente una visión del mundo tan poco respetuosa e injusta con quienes se salían de las normas establecidas.

Imagino la frustración que deben sentir hoy aquellos que auguraron todo tipo de desgracias a quienes osaran utilizar la palabra matrimonio, siendo personas del mismo sexo, su rencor hacia un político que demostró su valentía pero también su sensibilidad hacia aquellos colectivos que más desamparados y abandonados podían sentirse. Siendo cierto ese refrán que dice que el tiempo todo lo cura, hoy sí podemos decir que son mayoría los que ven con total normalidad que dos mujeres o dos hombres se casen solo porque se quieren, porque quieren formar una familia, incluso tener unos hijos que den continuidad a su vida, y a los que poder educar en el respeto al diferente. Prueba de ello es la cantidad de militantes del PP e incluso dirigentes de este partido que se han acogido a una Ley que casi nadie se atreve ya a poner en entredicho.