Es la gran pregunta que en sectores deportivos y menos trascendentes como la política, la sociedad y la economía, se están haciendo sobre las repercusiones de una hipotética independencia de Cataluña. Y es que el Barcelona, sin duda uno de los clubes más históricos, trascendentales e importantes en la actualidad pero también de todos los tiempos en el fútbol internacional, se quedaría aislado si Cataluña diera lugar a una secesión.
Todos valoran la imposibilidad legal de que esto sucediera, pero en caso de una supuesta declaración unilateral, forzosa por parte de los partidos políticos que ganarían en las urnas este domingo 27 de septiembre, clubes como el Barça o el Espanyol tendrían problemas para ser admitidos en la Liga.
De primeras, nadie quiere aventurarse en una expulsión de esta competición de clubes nacionales, pero las presiones son fuertes y la prensa deportiva ha aceptado entrar en este juego tan peligroso, valorando la posibilidad de que el Barça y otros equipos catalanes fueran expulsados de las competiciones y torneos españoles, como es la Copa del Rey y todas las categorías de las ligas (Primera División, Segunda, Segunda B, Tercera...). Lógicamente, el hecho de que a este debate (o especulación) se sumara Javier Tebas, presidente de la Liga de Fútbol Profesional, le ha dado finalmente una mayor trascendencia.
Tebsa dice que ante una eventual independencia, los equipos catalanes "no podrían jugar la Liga", ya que "la legislación se lo impide". Tebas añadió que la "Ley del Deporte establece que el único Estado que puede jugar en competiciones nacionales es Andorra". Así que ahora se rumorea que en Francia se están frontando las manos con la posible entrada por invitación al menos al Barça, lo que haría que su liga tuviera un impulso impresionante, ya que sus clubes no son tan punteros como los de otros países, por mucho que el París Saint-Germain tenga un impresionante presupuesto. Lyon, Marsella o Lille son algunas de las ciudades que tienen clubes importantes, pero se frotarían las manos para hacer caja si tuvieran a un nuevo rival tan poderoso como el equipo culé. ¿O no?
La realidad que se conoce, por otra parte, a día de hoy, es que el presidente del Barça, Josep Maria Bartomeu, independentista reconocido, ha politizado al club en los últimos años, como ya hicieran Laporta o Rossell, y no vería con malos ojos tener que tomar decisiones trascendentales con tal de contentar a sectores más soberanistas entre la afición. ¿Supondría su salida de la Liga española? Podría ser un precio alto que pagar, pero siempre que no incluya, claro, su no participación en las competiciones europeas, que estarían en el aire ya que para estar en ellas, previamente hay que formar parte de una federación nacional. Y claro, ya no sería la española y el club debería esperar a ser incluido en una, con lo que llevaría tiempo y, por tanto, un tiempo de espera sin competir en Europa.
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