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Los 10 mejores discos de Neil Young para celebrar su 70 cumpleaños

jueves 12 de noviembre de 2015, 17:27h

Neil Young cumple 70 años, el canadiense es uno de los colosos de la historia del rock. Uno de los pocos capaz de sacar un gran disco en cinco décadas distintas. Su trayectoria está llena de grandes discos (lleva publicados más de 40 y eso sin contar su paso por Buffalo Springfield y Crosby, Stills, Nash & Young) pero estos son los diez que considero imprescindibles.

Everybody knows this is nowhere (69)

‘Everybody knows this is nowhere’ es el segundo disco en solitario de Young, después de su aventura con Buffalo Springfield. Tras un debut que, en sus propias palabras, tenía demasiadas ‘pregrabaciones’ con este disco el canadiense encontró su sonido fichando al grupo The Rockets, que se cambió el nombre a Crazy Horse y compartió crédito con el solista. Con el sólido acompañamiento de Danny Whitten, Billy Talbot y Ralph Molina Neil Young se embarcó en largas jams guitarreras en ‘Cowgril in the sand’ y ‘Down by the wire’, además de regalar otras dos gemas que apenas superan los dos minutos, ‘Cinnamon girl’ y la canción que le da título. La mayor parte de estas canciones fueron compuestas en un mismo día mientras Young ardía con 39º de pura fiebre creativa.

After the gold rush (70)

El autor de ‘Like a hurricane’ no tardó mucho en entregar su mejor obra. Tras saborear las mieles del éxito junto a Crsoby, Stills & Nash en ‘Dejà Vù’, Young retomó su carrera en solitario con ‘After the gold rush’, un disco en el que se pueden ver las varias facetas de su carrera. Su sonido como cantautor en ‘Tell me why’, la espléndida canción con la que se abre el disco, su posición como una de las figuras icónicas del country rock, en canciones como 'Only Love Can Break Your Heart' o 'Don't Let It Bring You Down', y sus características cabalgadas eléctricas junto a Crazy Horse en ‘Southern man’ y ‘When you dance you can really love’.

Harvest (72)

El disco de mayor éxito de su carrera, siendo el disco más vendido en EEUU en 1972, es también uno de los más escorados hacia el country rock de su carrera. Aquí no hay Crazy Horse ni largos guitarreos, si salvamos el de ‘Words’. Eso no le resta un ápice de calidad a un disco que contiene dos de las mejores canciones de toda su carrera, ‘Heart of gold’ y ‘Old man’. Además también aparecen aquí el lamento por los amigos perdidos por la heroína (un aviso para Danny Whitten incluido) en ‘The needle and the damage done’ y ‘Alabama’, la canción que llevó a escribir la gloriosa (e infame) ‘Sweet home Alabama’.

On the beach (74)

El disco maldito dentro de la carrera de Neil Young. ‘On the beach’ estuvo fuera de circulación hasta 2003 no se sabe muy bien porqué. Fue grabado después, aunque fue editado antes, que ‘Tonight’s the night’ y comparte con este una producción cruda y una temática pesimista, aunque sin llegar a los niveles de aquel. Más allá de todo eso, ‘On the beach’ es una de las mejores colección de canciones de Young, con ‘Walk on’, ‘See the sky about to rain’, ‘Ambulance blues’ o la canción que le da título entre las más destacadas.

Tonight’s the night (75)

Grabado en 1973 y editado dos años después, ‘Tonight’s the night’ es el disco en el que Young se enfrenta a las muertes de Danny Whitten, guitarrista de Crazy Horse, y Bruce Berry, su ‘roadie’ y amigo. Como tal es un disco sombrío y pesimista, con la única excepción de la rockera ‘(Come on baby let’s go) Downtown’, compuesta junto a Whitten e interpretada en directo con el malogrado guitarrista y Crazy Horse.

Zuma (75)

En 1975 Young decidió lamerse las heridas de la muerte de Whitten y reformar Crazy Horse con la adquisición del guitarrista Frank ‘Poncho’ Sampedro. La prueba fue todo un éxito, siendo ‘Zuma’ uno de sus discos más aclamados, ya sea, con la hipnótica ‘Cortez the killer’, un alegato contra Hernán Cortés, que contiene uno de sus solos de guitarra más influyentes. Gente como Sonic Youth o J Mascis de Dinosaur Jr. tomaron buena nota. Claro que ‘Zuma’ no termina aquí, también están ‘Danger bird’, otro gran ejemplo de su especial estilo como guitarrista, o las redondas ‘Don¡t cry no tears’ y ‘Barstool blues’.

Rust never sleeps (79)

Young sintió el aguijonazo del punk y, al contrario, que muchos de sus compañeros de generación, éste le reinyectó la energía perdida. Dispuesto a no convertirse en un dinosaurio, Young se embarcó en una gira en la que abría los conciertos con una parte acústica y la cerraba con una descarga de energía eléctrica junto a Crazy Horse. En aquella gira debutó varias nuevas canciones que, tras editarlas en estudio, quitando la parte del público, editó como ‘Rust never sleeps’. Un disco que se abre y se cierra con dos versiones distintas de una misma canción, ‘My my hey hey (out of the blue)’/‘Hey hey my my’ (into the black)’, una de sus canciones más celebradas que volvió a primera plana cuando Kurt Cobain la citó en su nota de suicidio. Una canción que reúne a cuatro generaciones distintas, la de la primera generación de rockeros, con la muerte del Rey Elvis, la de la revolución de los 60, encarnada por el propio Young, la del punk, con el guiño a Johnny Rotten, y, finalmente, el grunge y la música alternativa. Una de las cimas de su carrera.

Freedom (89)

Con ‘Freedom’ Young salió del pequeño bache que había sufrido durante los años 80. Usando el mismo método que en ‘Rust never sleeps’, el canadiense abre y cierra el grupo con otro de sus grandes clásicos, ‘Rockin´ in the free world’. Una canción en la que atacaba a la administración de Bush padre, pero que, ironías del destino, se convirtió en un himno sobre la caída del comunismo para la derecha americana.

Ragged glory (90)

El disco más rockero de su carrera, ‘Ragged Glory’ funciona como una continuación de la cara B de ‘Rust never sleeps’. Junto a sus inseparables Crazy Horse, Young se adelanta en un año a la explosión del grunge y se convierte en el ‘padrino’ del género. Su gusto por vestirse como un leñador canadiense también tuvo mucho que ver… Una explosión de electricidad que confirmaba a Young como uno de los pocos músicos de la generación ‘Woodstock’ que seguía manteniendo la mejor forma intacta.

Psychedelic pill (2012)

Al final resultó que 'Americana' era solo un calentamiento del canadiense y su Caballo Salvaje para sacar el espléndido 'Psychedelic Pill'. Una vez reunidos para el irregular disco de versiones y cogida otra vez la forma, Young y Crazy Horse volvieron a cogerle el gusto a lo de tocar juntos y se sacaron de la manga el primer disco doble de su historia. Las prolongadas jams de canciones como 'Driftin’ back', que se va hasta los 27 minutos, no serán para todos los gustos, pero los amantes de la cortante guitarra de Young, en el mejor estilo de 'Like a hurricane' están de enhorabuena. Su mejor disco desde 'Ragged Glory'.

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