Los últimos días nos están dejando titulares destacados. Negativas de unos, vetos de otros, propuestas inconcebibles y rancias, en fin, un cumulo de cosas pendientes de clasificar cada una en su sitio, pues como diría esa mente preclara de docta sabiduría que habita en Ana Botella, “dos peras son dos peras y dos manzanas son dos manzanas”.
Estos sonrientes saludos estrechando manos donde los fotógrafos se aburren de repetir la misma instantánea, se ve tan solo alterada por el cambio de indumentaria de Pablo Iglesias, el cual poco a poco va sufriendo la metamorfosis del político al uso, pues le hemos visto transitar remangado en el Palacio de la Zarzuela, con las mangas a medio subir en las ruedes de prensa y con jersey en la última entrevista (conocida, al menos) con Pedro Sánchez. Me parece que ya falta menos para verle con chaqueta, aunque el otro día fui a comprar mortadela a Alcampo y solo vi ropa de senderista.
Mucho apretón de manos, pero pocas pistas sobre posibles alianzas o al menos eso parece por lo visto hasta ahora. La reunión de los guapos de la clase, Pedro y Albert, ambos perfectamente trajeados y encorbatados para dar la sensación inequívoca de ser hombres de estado, es síntoma evidente de que la raza española ha mejorado y que la marca España, es cosa de Emidio Tucci.
Esto de las indumentarias, ha saltado por los aires en la reciente noche de los Goya, donde a pesar de tanta estrella del cine, el Goya al mejor guion adaptado, fue para Pablo Iglesias y su esmoquin prestado, protagonista indiscutido de la noche. El otro que portaba tal indumentaria, con cierto aire de Robert de Niro en El Padrino, era Albert Rivera y es que entre ambos compitieron encarnizadamente por ser la pareja de la gala, codo a codo con la reina de Porcelanosa y el autor de La Fiesta del Chivo, aunque mejor era haberle puesto de titulo El Año de la Cabra como fue el 2015 en el horóscopo chino, pues menudo cachondeo se trajeron toda la noche con la filipina. Nunca me podía imaginar que un Premio Nobel compartiría escenario con Dani Rovira, pero está claro que la senilidad es muy traicionera.
Pero volviendo a los políticos, también se ha encorbatado aunque sin esmoquin, el ciudadano Alberto Garzón, que al igual que Iglesias, dejaron muy claro que los Goya son más respetables que la Zarzuela, pues por algo a esto último se le llama el género chico…
Faltó Mariano Rajoy a dicho evento pero envió al ilustrado Iñigo Méndez de Vigo, al que se trató con más benevolencia que a su antecesor. ¡Lo que aguantan algunos por un coche oficial y un nidito de amor en Paris! Está claro, parafraseando una conocida serie televisiva, que sin Wert, no hay paraíso.
Punto y aparte merece hablar del estilista de Pedro Sánchez, uno de los que más trabajan en estos días de pacto. Si vas a verte con Pablo, “no se te ocurra ponerte corbata”, le imponía con voz firme, no fuera a confirmarse lo de la casta y el bipartidismo. Cuando vayas a conversar con los nacionalistas, “ni rastro de colores que recuerden los de la caverna”, y cuando te reúnas con el Comité Federal, “ponte vaqueros y remángate bien”, o “ponte un mono de trabajo”, menos estético, pero más eficaz. Ayer sin embargo dio el patinazo, al recomendarle ir sin corbata como si fuera Alexis Tsipras en Bruselas, cuando todos los de izquierdas y por supuesto, los de derechas, lucían pajarita o corbata. En cualquier caso, me gustaría saber cuántos de estos políticos mencionados, irán de nuevo a los Goya 2017. Se abren las apuestas.
Este casting de aliados para conseguir un pacto, me parecería algo descafeinado, sino fuera por Mariano Rajoy y Rafael Hernando que le ponen el punto de tabasco a la situación. Después de que Pedro Sánchez en su primera comparecencia dijera “esto empieza bien”, el todavía inquilino de la Moncloa, se revolvía en su sillón y hacia la proclama que todos sus seguidores esperaban para tranquilizar a los mercados, concretamente al Mercado de la Paz en la calle Lagasca, “yo no seré Presidente del Gobierno, pero el coletas tampoco”. ¡Ese es mi Mariano!
El pacto levanta ampollas en la derecha cuando se habla de la entrada de Podemos en el Gobierno y en el PSOE cuando Ciudadanos hace mención a la necesidad de contar con el PP en un proceso de reformas……mal empezamos, o mejor dicho, mal seguimos.
Pablo Iglesias ha sabido dominar la escena mejor que nadie y con camisa o con esmoquin, con vicepresidencia o sin ella, ha sacado diariamente un protagonismo mediático, tan solo ha sido ensombrecido por Alfonso Guerra y su regañina, al tildar al partido morado de niños malcriados, por lo que él considera una falta de respeto hacia todo lo conseguido, como si las hemerotecas no existieran para poder enumerar sus travesuras cuando era hombre de pana.
El otro día, una amiga mía a la cual la tengo en gran consideración, me dejo un tanto confundido cuando me dijo que había visto Sálvame Deluxe (¡sálveme Dios!, pensé) donde entrevistaban y pasaban por la máquina de la verdad, al Pequeño Nicolás, y me recomendó que viese el video para hacerme idea de lo que era capaz ese muchacho intrépido. Ciertamente las hazañas de este pícaro del siglo XXI que fueron ratificadas por el polígrafo, me dejó perplejo por su osadía, pero aun mas, por los responsables políticos y de inteligencia de nuestro querido país, recurriendo a un niño travieso que se sentía una mezcla entre agente secreto y mamporrero de secretario de estado. En cualquier caso y viendo sus dotes para llegar a cualquier instancia, coronación incluida, creo que lo más adecuado y puesto que existen testimonios de su conocimiento del Jefe del estado, deberían de hacerle el encargo de que negocie los pactos para formar gobierno. El chico apunta modales y España no puede esperar mucho tiempo más.
José Joaquín Flechoso Sierra
Colaborador en medios de comunicación relacionados con tecnología
Director de una sesión mensual de networking donde entrevisto s diferentes personajes del mundo empresarial, administración, cine o moda entre otros.
Articulista sobre temas de actualidad política en diversos medios digitales
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