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Por un puñado de euros

lunes 08 de febrero de 2016, 17:20h

Que conste que siempre he evitado hacer demagogia barata a cargo del sueldo que cobran nuestros políticos porque, en muchos casos, se trata de un recurso fácil del que muchos abusan a la hora de criticar el sistema. Pero, claro, me basta con que un grupo de personajes antisistema se hayan integrado entre lo que ellos llaman la casta para que me den un argumento válido para esgrimir las profundas contradicciones en las que algunos caen cuando se trata de justificar unas nóminas que, en muchos casos, quintuplican el sueldo mínimo de cualquier trabajador. Nada más y nada menos de 3.850,49 euros al mes.

Acabamos de conocer las retribuciones que cobrarán en el presente año los diputados andaluces que accedieron a su escaño en el antiguo Hospital de las Cinco Llagas hace ahora diez meses tras las elecciones autonómicas del pasado mes de marzo. Como todos ustedes saben, el Parlamento andaluz no se constituyó hasta finales de junio y hasta agosto no hubo Gobierno. Los diputados se incorporaron a finales de septiembre y “trabajaron” hasta principios de diciembre. Después vinieron las vacaciones de Navidad y hasta primeros de febrero no se reanudaron las sesiones. Es decir, que en casi un año, nuestros representantes políticos han ido a su trabajo (que otra cosa es que hayan trabajado) la friolera de unos tres meses. Si antes decían aquello de que “trabajas menos que un maestro” es porque en la dictadura no teníamos políticos profesionales. Ahora está claro que la sentencia popular diría “trabajas menos que un diputado”.

Como no quiero que me tachen de demagogo voy a reproducirles lo que establece el régimen económico y de ayudas del Parlamento andaluz aprobado para el presente año. El sueldo mensual para todos los parlamentarios es de 3.050,49 euros a los que hay que sumar una ayuda mínima de 200 euros semanales para gastos de alojamiento y manutención, que se eleva a 410 euros si los diputados tienen su residencia habitual a más de 300 kilómetros de Sevilla. A estas cantidades fijas se añaden complementos mensuales por razón del cargo, que también se incrementan este año 2016 y van desde los 1.552,74 euros para quien ostente la Presidencia del Parlamento; los 1.246,62 euros para los vicepresidentes de la Mesa de la Cámara y los portavoces de los grupos; y los 937,36 euros para los secretarios de la Mesa y los portavoces adjuntos de los grupos parlamentarios.

No crean que es que los nuevos grupos que forman ahora parte de la Cámara andaluza, ya saben, Ciudadanos y Podemos, se han dedicado a subirse el sueldo por las nubes y por la cara. No ha hecho falta. Esos sueldos son similares a los que cobraban sus señorías en la anterior legislatura y sólo se han incrementado en algo más de 30 euros al mes, vamos el IPC estrictamente aplicado y no la rebaja que han sufrido el resto de funcionarios y el ochenta por ciento de los trabajadores de los pocos que aún tienen curro en esta comunidad.

Como no quisiera aburrirles no les voy a pormenorizar los complementos que cobra todo aquel que pertenece a cualquier Comisión, que las hay a porrillo en calidad de presidente, vicepresidente, portavoz o secretario. Vamos que de los 109 diputados son escasos los que a ese sueldo de 3.850 euros no le suman alguna otra ayuda adicional. Y para que no les falte de nada, el Parlamento les suministra gratuitamente una “oficina móvil” que consta de ordenador portátil o tableta digital, teléfono móvil de última generación y conectividad de datos.

¿Cómo se les queda el cuerpo? ¿Comprenden ahora por qué los muchachos de Podemos se agarran al sillón como a un clavo ardiendo y quieren tener en el Congreso de los Diputados no uno sino hasta cuatro Grupos parlamentarios? Bueno, los de Podemos, los del PP, los del PSOE, los de Ciudadanos y los de todos los grupos que se presentan a las elecciones. Y es que en estos tiempos de crisis y penurias económicas, asegurarse un puesto por cuatro años en cualquiera de las muchas cámaras legislativas que existen en esta España tan diversa y multinacional o en diputaciones o ayuntamientos es asegurarse un futuro que nuestros hijos, tras brillantes carreras universitarias de cinco o mas años, no pueden ni soñar.. Pueden acusarme de demagogo pero hay que reconocer que demagogias de este estilo son las que están esgrimiendo los integrantes de ese nuevo partido que presume de ser la nueva renovación progresista de este anquilosado sistema caduco que hay que desterrar cuanto antes. ¿Verdad querido Pablo Iglesias?

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