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¿Qué fue del cementerio nuclear ATC de Villar de Cañas?
(Foto: Europa Press / Enresa)

¿Qué fue del cementerio nuclear ATC de Villar de Cañas?

> En el año 2017 los residuos que permanecen en Francia tendrían que ser trasladados al ATC 'fantasma'

jueves 18 de febrero de 2016, 17:46h
El ATC de Villar de Cañas se ha convertido en un cementerio nuclear que está cavando su propia tumba. El proyecto que arrancó en la etapa de gobierno de Rodríguez Zapatero para albergar el combustible gastado y los residuos de alta actividad -parte de los cuales están de 'alquiler' en Francia y Reino Unido- va dando bandazos desde que en diciembre de 2011 el Consejo de Ministros del gobierno del PP seleccionara al municipio de Villar de Cañas en Cuenca como la localidad en la que se emplazaría.

El ATC ha sido polémico desde su nacimiento. Villar de Cañas fue la localización escogida en el segundo Consejo de Ministros del gobierno de Mariano Rajoy, cuarto municipio en puntuación -por detrás de Zarra (Valencia), Ascó (Tarragona) y Yebra (Guadalajara)- de un listado elaborado por el gobierno socialista precedente.

El ATC de Villar de Cañas fue muy discutido desde el primer momento por la idoneidad de las características geológicas del emplazamiento. La empresa de ingeniería URS, subcontratada por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), alertó de que ciertos aspectos relacionados con la cimentación no podrían asegurar la estabilidad de las edificaciones previstas. Un estudio de INGEMA encargado por Ecologistas en Acción apuntó la vulnerabilidad de las aguas subterráneas frente a la contaminación. Y ya en febrero de 2015 volvieron a saltar las alarmas con el terremoto de Ossa de Montiel de 5,2 grados que dejó sin luz durante unos minutos la localidad de Villar de Cañas. Por su parte, la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) aseguró que el ATC podría llegar a soportar terremotos de hasta 8 grados en la escala Richter, aunque los colectivos contrarios al cementerio nuclear hicieron notar que aún faltaban estudios pendientes –como el referido al anticlinal de Zafra de Záncara a 10 km del emplazamiento- que podrían interferir en la seguridad en caso de seísmo.

La mayoría de los residuos nucleares de alta actividad, principalmente el combustible nuclear gastado, permanece en las piscinas situadas junto a las propias centrales o en los almacenes temporales individuales (ATI) que tienen algunas de ellas. Sin embargo, otra pequeña cantidad de residuos de alta actividad se encuentra más allá de nuestras fronteras. Una parte de la central de Garoña está en el centro de reprocesamiento de Sellafield (Reino Unido) y los residuos de Vandellós I están en el centro de reprocesamiento de La Hague (Francia).

Si bien se esperaba tener listo el almacén para el año 2010, los retrasos provocaron que los residuos que España guarda en La Hague (Francia) y que debían regresar en cumplimiento del contrato permaneciesen allí con un sobrecoste estimado en 66.000 euros diarios para las arcas públicas. No obstante, un acuerdo posterior alcanzado por Enresa paralizó la penalización hasta junio de 2017, momento en que se reactivará la multa si España volviera a incumplir los plazos del traslado de los residuos nucleares.

De esta manera, se estimaba que el ATC estuviera listo a finales de este año a más tardar, sin embargo, el proyecto está virtualmente paralizado y ya se ha llevado por delante a varios miembros de Enresa, entre ellos el que fuera presidente del consejo de administración Francisco Gil-Ortega, hombre de confianza de la ex presidenta autonómica y secretaria General del PP María Dolores de Cospedal, que dimitió en medio de acusaciones de querer acelerar la licitación de las obras del ATC pese a no contar con los informes pertinentes.

Hasta la fecha Enresa ha comprometido más de 70 millones de euros de gasto en esta infraestructura (si sumamos las últimas adjudicaciones) y sacado a licitación (la mayor parte pendiente de adjudicación) casi 417 millones de Euros, según los cálculos de la Plataforma contra el Cementerio Nuclear en Cuenca que denuncia lo que consideran un derroche de dinero público ante un proyecto moribundo.

Un ATC paralizado

Actualmente, el ATC de Villar de Cañas está bloqueado. En julio de 2015, la Junta de Castilla-La Mancha, presidida por el socialista Emiliano García-Page, inició un procedimiento de ampliación de las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y las Zonas de Especial Conservación (ZEC) que afectaban a los terrenos donde se tenía prevista la ubicación del cementerio nuclear. Además, la declaración de impacto ambiental, responsabilidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, sigue paralizada y el plan urbanístico de Villar de Cañas está en los tribunales.

La Junta tumbó el Plan de Ordenación Municipal (POM) de Villar de Cañas aprobado antes de las elecciones municipales porque consideraba que se preveía la instalación del ATC a menos de 2km del núcleo urbano puesto que declaraba como zona rústica una zona realmente urbana para cumplir con las distancias pertinentes.

García Page declaró en noviembre a la Cadena Ser que confiaba en que el Ejecutivo tire la toalla puesto que si quisiera seguir adelante debería declararlo de interés general y tendría que "acreditarlo ante la Unión Europea y demostrar que la posibilidad de instalarlo en Villar de Cañas es la única y que no hay otra alternativa".

La situación política actual podría cambiar el futuro del ATC. El candidato a la investidura a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometió a revisar la decisión de instalar el ATC en Villar de Cañas y los partidos con los que negocia su posible acceso a La Moncloa (Podemos, IU y Compromís, con matices en el caso de Ciudadanos) son manifiestamente contrarios al proyecto en la región.

Pese a esta realidad, Enresa ha seguido adjudicando nuevos contratos (el servicio de monitorización de la red topográfica de nivelación de precisión del emplazamiento ATC en Villar de Cañas por 41.125 euros y el suministro de bombas de muestreo de aire para el programa de vigilancia radiológica de la instalación por 38.508,50 euros) y se estaría contratando a más personal, tal y como publicaron Sabemos digital y eldiario.es.

María Andrés, portavoz de la Plataforma contra el Cementerio Nuclear de Cuenca que cumple ya 6 años, critica que el gobierno en funciones de Mariano Rajoy siga adelante con el ATC: "Rajoy está haciendo con el ATC lo mismo que hemos visto en nuestra región con Cospedal: estando en funciones y cuando ya estaba constituido el parlamento regional que dejaba al PP en minoría, aceleró la tramitación de los expedientes relacionados con el ATC, hasta el punto de aprobar el POM de Villar de Cañas, ahora anulado. Parece que, precisamente por estar en funciones, Rajoy ha decidido acelerar los trámites antes de irse. Pero no parece que el acicate sea el impulso en la gestión de los residuos nucleares, sino el adjudicar obras y contratos a empresas afines que pudieran pedir indemnizaciones en el caso de que el nuevo ejecutivo decidiera parar definitivamente el proyecto. Algo previsible dada la composición del congreso de los Diputados".

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