Mario es un pequeño de tan solo 6 años que disfruta haciendo las mismas actividades que el resto de niños: jugar en la calle con sus amigos, dibujar, etc. Pero este chico padece TDAH, siglas del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Se trata de una afección que padece más de un 4 % de la población en nuestro país.
El TDAH es un trastorno del neurodesarrollo que se inicia en la infancia, y que se puede caracterizar por una excesiva inatención, hiperactividad o impulsividad. Estos síntomas nucleares pueden presentarse de forma aislada o combinada. Y también se pueden presentar en diferentes grados. Por ello, el TDAH debe plantearse como un trastorno complejo, que requiere de un acercamiento y manejo individualizado.
A pesar de que con frecuencia sea considerado un problema exclusivo de la infancia, hasta dos de cada tres niños con este trastorno siguen presentando síntomas en la adolescencia, y la mitad aproximadamente, también en la etapa adulta.
Aunque se trate de uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes en la infancia, en la actualidad todavía es un gran desconocido para gran parte de la sociedad. Sin embargo, el conocimiento sobre el TDAH es esencial para detectarlo a tiempo y, además es la única forma de garantizar que el apoyo que los afectados reciben por parte de familiares, profesores y el resto de su entorno se adapta a sus necesidades, para llevar una vida plena.
Las Vidas de Mario es un proyecto impulsado y desarrollado por Shire (compañía biofarmacéutica con 30 años de experiencia en el mundo de la salud), con la colaboración de especialistas en el trastorno, y cuya pieza principal es un vídeo interactivo con Mario como protagonista. Su objetivo principal es el de concienciar a la población sobre las posibles consecuencias que pueden llegar a sucederse si a quienes lo padecen no se les ofrece y facilita el apoyo necesario.
Los síntomas que se asocian a la enfermedad inciden negativamente en el niño en distintos ámbitos de su vida. Con frecuencia suelen obtener malas calificaciones en la escuela, así como bajos niveles de autoestima y dificultades para relacionarse.
Tal situación, en caso de no ser correctamente orientada, puede determinar la posterior evolución del niño hasta llegar a su madurez, con serias dificultades en las habilidades sociales que les van a marcar a la hora de entablar relaciones y/o mantenerlas, elevados niveles de frustración, abandono de estudios, conflictos de pareja, abuso de sustancias …
Es imprescindible por parte de padres, profesores y profesionales de la sanidad, llevar un seguimiento muy cercano y coordinado de los afectados por el TDAH, además de mantener una actitud positiva y comprensiva.
Sencillas acciones como ayudarle a establecer rutinas y a organizarse, dar refuerzos positivos, fomentar actividades que despeguen su motivación… pueden ser muy beneficiosas para la evolución del niño.
Bajo el eslogan ‘Todos somos parte del TDAH’, esta campaña, realizada en estrecha colaboración con especialistas y con el apoyo y asesoramiento de más de una veintena de asociaciones de pacientes, ayuda a dar visibilidad a este trastorno para concienciar a la sociedad de que debe cambiar su actitud frente al TDAH.
Autor artículo DAVID RIVERA GONZÁLEZ
Si (
No(
