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La politica marxista (de Groucho) inunda España

lunes 11 de julio de 2016, 09:20h

Si el PP no puede formar gobierno por la negativa del PSOE a darle su apoyo, el culpable no es Mariano Rajoy es Pedro Sánchez. Si el PSOE ha conseguido por dos veces y de forma consecutiva tener los peores resultados de su moderna historia el culpable no es Pedro Sanchez, es Pablo Iglesias. Si Unidos Podemos no ha conseguido superar al PSOE en votos y escaños, los culpables no son Pablo Iglesias y Alberto Garzón, los cupables son el Brexit propiciado por el conservador Cameron y el miedo generado por Rajoy. Si Ciudadanos se sigue desinflando en sus ambiciones de converrirae en la referencia del centro derecha español, la culpa no es de Albert Rivera, la culpa es del sistema electoral y de la campaña del voto útil protagonizada por Rajoy y el Partido Popular.

Ningûn lîder es culpable de los malos resultados obtenidos en las urnas y todos qspiran a que la próxima vez les vaya mejor. Eso sí, mientras jurarn y perjuran de que no quieren una próxima vez dentro de cuatro meses. Està mal decirlo pero todos tienen unos principios...que estàn dispuestos a cambiar si es necesario. La mas que famosa frase de Groucho Marx: " estos son mis principios, si no le gustan tengo otros", puesta al día en España por nuestros dirigentes.

Durante más de treinta años, tanto el PSOE como el PP han utilizado al nacionalismo catalán de derechas para conseguir mayorîas parlamentarias y gobernar, pero nos hemos quedado sin ese comodín. Ellos, los de Convergencia y Unión, se han suicidado y entre el PP y el PSOE los han enterrado. Ahora sus escasos ocho escaños serian decisivos para Mariano Rajoy pero el soberanismo, que no la corrupción, les aleja de posibles pactos. Salvo que, junto a Esquerra y el PNV decidan abstenerse de los asuntos de estado con la excusa de que ellos miran sólo a sus territorios. Entonces sî. Entonces las matemàticas pueden cuadrar y que se pueda formar un gobierno del PP con el apoyo activo o pasivo de Ciudadanos.

Estaremos hablando en ese supuesto de la polîtica de las alcantarillas, de los pactos que no se pueden contar pero que existen, de esa definiciön de la politica que hacia el inimitable Groucho: " la politica es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnostico falso y aplicar los remedios equivocados".

En el reciente Comitè Federal del PSOE hemos asistido a otro de esos ejemplos de " grouchismo". Desde Sánchez a Diaz pasando por todos los demàs su frase favorita ha sido la misma: "No puedo decir que no estoy en desacuerdo contigo". La mayoria de los asistentes quiere "matar politicamente" a su secretario general, pero ninguno quiere imitar a Bruto, prefieren que se muera de forma natural, o lo que es lo mismo: asaeteado por sus adversarios externos. Los que quieren el "trono" no quieren mancharse con la sangre del derrocado y temen que ellos mismos sean vîctimas de una guerra en la que, hoy por hoy, llevan las de perder.

Si echamos un vistazo al PP nos encontramos con un escenario parecidp en cuanto al " amor" que se le profesa al lider, corregido eso sî por el ejercicio del poder, que ayuda y " acojona" mucho. A Rajoy no se le quiere, pero se le teme, que es la otra variable que mantiene en pie a los jefes. Tal vez la más efectiva y duradera, que los amores se pasan y se cambian.

Los dos grandes partidos coinciden además en su poco aprecio por la democracia interna: sus Congresos estàn retrasados y sin fecha, digan lo que digan los Estatutos y quiera lo que quiera la militancia. Y los dos " nuevos" , que estàn dejando de serlo a pasos agigantados tienen su principal problema en sus lîderes: sin Rivera esmuy dificil que Ciudadanos se mantenga en el tiempo. Y sin Iglesias es posible que Podemos hubiera tenido un mejor resultado y hasta un mejor futuro. Pasar del marxismo a la socialdemocracia y de la critica dura y seca al PSOE a la mano almibarada tiene mucho de tactismo equivocado y rancio.

Si Rajoy quiere celebrar sus dos sesiones de investidura a finales de julio con sus 137 diputados y que, sin tener asegurada una mayoría, pase lo que pase nos vayamos a unas terceras elecciones en noviembre, con un agosto y septiembre abiertos a nuevos encuentros y negociaciones, tendrá que hacer lo que dicen que hizo Groucho cuando su segunda mujer le encontró besando a la criada: "Solo le susurraba en la boca".

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