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¿Por qué les cuesta tanto pactar a los políticos?, la psicóloga Olga Beltrán da las claves

martes 13 de septiembre de 2016, 14:54h
¿Por qué les cuesta tanto pactar a los políticos?, la psicóloga Olga Beltrán da las claves
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(Foto: Saluspot)

La amenaza de unas terceras elecciones generales está a la vuelta de la esquina ante la falta de pactos que desatasquen la situación. Olga Beltrán Llago, miembro de Saluspot y psicólogo general sanitario a domicilio en la Consulta Psicológica Olga Beltrán, responde en Diariocrítico con las claves sobre por qué nos cuesta llegar a acuerdos y cómo pueden nuestros políticos mejorar en esta tarea pendiente.

Ante la actual situación de bloqueo institucional hay quienes proponen encerrar a los líderes políticos hasta que haya un acuerdo de investidura o dejar sin sueldo a los diputados, pero… ¿hasta qué punto medidas de presión tan extremas pueden ayudar a alcanzar acuerdos?

La asunción de acuerdos bajo presiones extremas puede dar lugar a que se desvirtúen los motivos reales de negociación, pasando la persona a anteponer sus propios intereses a los intereses globales de negociación, alcanzando acuerdos en los que normalmente no va a creer y que pueden tener un alto nivel de probabilidad de que se rompan una vez la persona siente asegurados sus propios intereses.

¿Solemos acertar cuando negociamos bajo presión?

La presión puede facilitar, en ocasiones, que no nos acomodemos en posiciones de inamovilidad y que nos mueva a tener que tomar decisiones necesarias para resolver un conflicto. En cualquier negociación es primordial poder llegar a acuerdos satisfactorios para las partes implicadas. El acierto no debe ser entendido, exclusivamente, como la consecución unilateral de intereses individuales.

Se rumorea que Pedro Sánchez no traga a Mariano Rajoy, ¿hasta qué punto las filias o fobias personales pueden evitar un pacto?

Las filias o fobias personales pueden dar lugar a confundir las causas reales que motivan el rechazo hacia la aceptación de un pacto. La no aceptación de la persona con la que se debe negociar puede no permitir hacer una valoración realista del problema planteado y buscar las alternativas posibles, ya que se percibe a la persona como la única causante del problema.

La aparición de Podemos y Ciudadanos en la escena política auguró nuevos tiempos de diálogo y negociación que obligarían a pactar a las tradicionales fuerzas del bipartidismo PP-PSOE, pero sólo han fructificado pactos a nivel regional. ¿Se calcula demasiado el riesgo al fracaso cuando pactamos cada vez a un nivel mayor?

El éxito de los acuerdos necesita de personas predispuestas a adquirir dichos pactos. Cuanto más altas son las pretensiones y más interés existe en obtener el mayor nivel de ganancia, puede dar lugar a mayor dificultad para realizar cesiones por miedo a poder perder una posición que se siente adquirida.

La postura de Ciudadanos pactando primero con el PSOE y después con el PP, ¿le deja como el mejor negociador o como un partido sin principios?

La consecución de pactos implica poder hacer acercamientos entre partes enfrentadas orientadas a conseguir un mismo fin que favorezca a ambas partes y a la consecución de un fin común. Si estos principios son mantenidos de modo honestos es entendible poder buscar a las personas que puedan hacer efectivo la posibilidad de conciliación de posturas. Lo importante es encontrar no solo a con quien negociar, sino con quien negociar que facilite la consecución de objetivos comunes.

Pactar es ceder, pero... ¿dónde debemos poner los límites?

Los límites deben plantearse claramente en aquellos aspectos que puedan ir en contra de nuestros principios morales y legales o que se contradigan claramente a los objetivos planteados.

Pablo Iglesias prometió en su día que Podemos no participaría en ningún Gobierno que él mismo no presidiese y después se postuló como vicepresidente de Pedro Sánchez en un hipotético ejecutivo de coalición. El líder de la formación naranja, Albert Rivera, terminó levantando el veto a Rajoy. El PSOE prometió votar en contra del PP y ya hay voces internas en el partido que reclaman la abstención. El PP también corrigió su postura en cuanto a la necesidad de apartar a los imputados antes de la apertura del juicio oral y anteriormente modificó sus criterios fiscales. Y podemos encontrar otros tantos ejemplos de ‘donde dije digo…’. ¿Hasta qué punto las promesas electorales pasan factura a la hora de establecer los pactos poselectorales?

El problema de las promesas electorales radica en que van dirigidas a la captación de seguidores, no siendo promesas que garanticen su cumplimiento. Cuando las promesas no se cumplen provocan que la persona se sienta engañada y muestre desconfianza hacia la persona que garantizó el cumplimiento de las promesas. Esto perjudica que se pueda llegar a confiar en las nuevas propuestas planteadas.

¿Cómo pueden nuestros políticos aprender a pactar?

Uno de los enemigos relevantes para poder pactar dentro del mundo de la política radica en el interés por hacer sobrevaler la consecución o el mantenimiento del poder. Conseguir pactar implica ser capaz de desprenderse de la necesidad de obtener el poder y ser capaz de trabajar para el poder (propio o ajeno).

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