Faltan liderazgos políticos

Lamentablemente, en la España de hoy nos encontramos con unos partidos políticos, con unos liderazgos lamentables, debido a la incapacidad de democracia de las leyes que les gobiernan y de la forma en que se eligen los cuadros, los diputados y senadores en listas cerradas, manejadas por una sola persona que en la mayoría de los casos ni es el mejor, ni ha sido elegido democráticamente, lo que les obliga a todos a férreas disciplinas de voto, sujetas a la voluntad de Rajoy, Albert Rivera, Pablo Iglesias, Iñigo Urkullu, Oriol Junqueras, Artur Más, Antonio Baños o Anna Gabriel, Xose Manuel Beiras, Fernando Clavijo y otros etc. Dudo mucho que de ser libres las listas de los partidos, estos fueran hoy, los que mandarían en nuestra política nacional, pues su capacidad de liderazgo, no está demostrada, y solo siguen ahí por mera endogamia.

Es curioso comprobar cómo muchas empresas, aquí partidos, prohíben en los clausulados de sus normas internas la contratación de más de un miembro de una misma familia, pero luego colocan a sus allegados en todos los puestos de responsabilidad. Hace tiempo, un buen amigo y prestigioso economista me dijo que la teoría del enchufe venía de la posibilidad de reclamar al enchufante si el enchufado la pifiaba, pero sinceramente, no creo que sea tan sencillo. Después de todo, parafraseando el prólogo de nuestro socorrido Quijote, a un padre siempre le parecerá hermoso un hijo suyo, y sus faltas las contará por donaires (se refiere al libro, del que dice ser padrastro, por lo que lo critica socarronamente, no afectado por subjetividades). En este sentido todos los empresarios deberían de ser padrastros.

En España siempre se ha dicho que quien tiene padrino se bautiza, en una muestra palpable en el refranero popular de que la endogamia sistémica está fuertemente arraigada en el pensamiento del español como un mal necesario que no tiene solución posible. La corrupción se percibe como un mal endémico, sin darnos cuenta de que sus manifestaciones son poliédricas, y se extienden a conductas institucionalizadas en múltiples áreas del conocimiento empresarial, en nuestro caso político. En la gestión de personas, o recursos humanos, como se venía llamando hasta ahora, la corrupción se representa por medio del enchufismo, que en el sector público se denomina nepotismo.

He ahí, la razón última de la corrupción de los partidos políticos, sobre todo, porque los de menor rasgo, alcaldes, concejales, diputados, fruto de la endogamia, sin embargo, con grandes posibilidades de manejo de las cuentas públicas, aprovechan, ya sea para financiar sus campañas, ya para su propio bolsillo. En España se calcula que a una media del 3% de la obra pública concedida en los últimos años, debería haberse cobrado por los políticos, unos 90.000 millones de Euro. Como quiera, que a los juzgados solo han llegado unos 9.000 millones, nos faltan 81.000 millones que supongo estarán por ahí escondidos, ya sea en papel moneda, ya en cuentas en paraísos fiscales, recientemente el último caso el de Acuamed que afecta al PSOE, es una muestra de cómo, directa o indirectamente, se pagan comisiones por toda obra pública realizada.

Desde los anales de la historia, con la sedentarización del ser humano nacieron los conceptos de propiedad privada, y asociados a la acumulación de riqueza, los de jerarquía y poder. Ya en la China de Confucio se promovió la meritocracia como el sistema de elección de cargos públicos, en lo que puede considerarse como el primer

conato de reconocimiento de la necesidad de separar a la camarilla real de los puestos de poder.

Desde 1789 el enchufe se contempla en la declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano, que en su artículo 6 estableció “[...] todos son igualmente elegibles para todos los honores, colocaciones y empleos, conforme a sus distintas capacidades, sin ninguna otra distinción que la creada por sus virtudes y conocimientos”.

El enchufe es una reminiscencia del antiguo régimen que debe ser sustituida por criterios más justos y eficientes y sin embargo esta es una de las normas que se han olvidado en los acuerdos PP y Ciudadanos, siendo el método infalible, las listas abiertas, las primarias y la democratización de los partidos y de ello ni se habla pues peligrarían los puestos de los falsos lideres actuales, que lo son exclusivamente por la previa endogamia de la Transición.

Baste ver el ejemplo de Rajoy colocado endogámicamente por José Mª Aznar de una terna con Rato y Jaime Mayor Oreja en las elecciones de 2004 que hubiera ganado de no ocurrir los atentados del 11M y de no ser tan memo el Ministro del Interior Ángel Acebes, empeñado en atribuir el atentado a ETA el atentado para lo que el PSOE difundió la autoría a la yihad islámica, a través de los medios digitales de comunicación, como si fuera un engaño del PP, confirmado por Aznar (liado en el trio de las Azores con Bush, y Blair, sobre la necesidad de atacar a Iraq) que a su vez creía que Rajoy le guardaría la silla, no solo no se la guardo sino que se ha ido distanciando, hasta la reciente renuncia a la presidencia de Honor del PP, a la vez que FAES dejaba de pertenecer al mismo. Endogamia= enchufismo=falta de liderazgo. Nos falta libertad y democracia y consiguientemente nuevos líderes que no nos cuenten cuentos a los españoles, líderes que hayan ya, demostrado en la vida civil su capacidad intelectual o empresarial, para todos los puestos que los partidos políticos hoy cubren con sus amiguetes o familiares, de escasa calidad y capacidad política, a cualquiera de los niveles de la administración. Con menos Estado y con más democracia viviríamos mejor.

BERNARDO RABASSA ASENJO.
PRESIDENTE DE CLUBS Y FUNDACIONES LIBERALES.
MIEMBRO ASOCIADO DE ALIANZA LIBERAL EUROPEA (ALDE), PREMIO 1812.
PREMIO CIUDADANO EUROPEO 2013.
MEDALLA AL MÉRITO CULTURAL 2015, PSICOLOGO SOCIAL