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Irlanda del norte ante el Brexit

martes 24 de enero de 2017, 08:55h

El pasado sábado 21 de enero, el Presidente del Sinn Féin, Gerry Adams, pronunció una conferencia en Dublín, en la Mansion House, edificio histórico que en su día fue la residencia del alcalde de la ciudad y en el que el 21 de enero de 1919 se declaró la República y se afirmó la libertad y la independencia del pueblo irlandés.

En este discurso Gerry Adams ha denunciado que el Gobierno irlandés no tiene una estrategia o un plan para hacer frente a las graves consecuencias que el Brexit tendrá para toda la gente de Irlanda, opinión que entiende reforzada porque el voto en la Irlanda de Norte fue la de permanecer dentro de la Unión Europea. Recordemos que el resultado de la votación sobre Brexit en Irlanda de Norte fue 440.707 votos a favor de la permanencia en la Unión, lo que significaba el 55.8% de los votos frente a 349.442 votos a favor del Brexit, es decir, el 44.2% de los votos. La diferencia, por tanto, fue considerable.

Para Gerry Adams: “Brexit is a hostile action”, el Brexit es una acción hostil y es una decisión contra los deseos del electorado. La salida de la Unión Europea supone el establecimiento de una frontera que dividirá la Isla de Irlanda, una frontera económica de Derry a Dundalk. “Brexit will destroy the Belfast Agreement”. El Brexit destruirá el Acuerdo del Viernes Santo. Aquel histórico acuerdo alcanzado el 10 de abril de 1998 cerró un marco de convivencia por el que estatus constitucional de Irlanda del Norte vendrá determinado por el deseo democrático de las poblaciones de Irlanda del Norte y de la República de Irlanda reconociéndose el derecho de nacimiento de los habitantes de Irlanda del Norte de identificarse y ser aceptados como británicos o irlandeses, o ambas cosas a su elección; y asimismo, la confirmación del derecho de mantener ambas nacionalidades, aceptado por ambos gobiernos, sea cual sea el estatus futuro de la región.

Las consecuencias que para Irlanda del Norte supondrá la salida de la Unión Europea no se harán esperar, en primer lugar se convertiría en un territorio ajeno al cumplimiento de los Tratados vigentes de la Unión y, por lo tanto, sus ciudadanos dejarán de ser ciudadanos de la Unión Europea puesto que su país en 2 años se convertiría en un Estado tercero plenamente soberano. El estatus de Irlanda del Norte efectivamente cambiará, y una vez que esto suceda los ciudadanos irlandeses podrán optar, según hemos dicho, entre continuar siendo británicos o irlandeses. Como Irlanda permanecerá dentro de la Unión Europea si los ciudadanos de Irlanda del Norte quisieran ser irlandeses, tendrán asegurada la ciudadanía de la Unión y, por tanto, gozarán de los derechos que contemplan los tratados vigentes de la Unión Europea.

Políticamente esta situación genera una clara diferenciación respecto al resto de ciudadanos del Reino Unido puesto que tanto galeses, como escoceses e ingleses no gozarán de este especial estatus de poder elegir una nacionalidad u otra. De otra parte, en teoría, las fronteras entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda se deberían volver a restablecer, ya que Irlanda del Norte se convertiría en un Estado tercero y como tal la Unión Europea mantiene fronteras físicas con terceros Estados, que no formen parte del acuerdo Schengen o del Espacio Económico Europeo. La frontera de 499 kilómetros será la única frontera terrestre del Reino Unido con la Unión Europea y en teoría tendrían que imponerse controles migratorios y de aduana.

En la actualidad, el Gobierno irlandés está gestionado entre el Partido de la Unión Democrática cuyo líder el Primer Ministro, Arlene Foster, quien se manifiesta partidaria de asumir el Brexit y consecuentemente la salida del Reino Unido y para quien evidentemente el futuro de la frontera es una prioridad importante, manifestando que desea mantener la continuidad de la libre circulación de personas y mercancías a través de la isla y el mantenimiento de la zona de tránsito común en el conjunto del Reino Unido e Irlanda, y en tal sentido pretende conseguir un estatus especial.

Por su parte, la ministra de Agricultura de Irlanda del Norte, Michelle Mcllveen, de una parte asegura que al abandonar la Unión Europea podrán designar sus propias políticas, eliminar la innecesaria burocracia asociada con los actuales procesos y adaptarse mejor aquello que necesitan los ciudadanos. invita a que las políticas se llevarán a cabo de una forma más flexible a la Política Común Pesquera y con mayor observación de los intereses nacionales pero, por otra parte, la ministra sugiere y anima a los granjeros locales solicitar ayudas de la Unión Europea por valor de 150 millones de euros, y se congratula de sacar provecho de otro tipo de ayudas excepcionales de ajuste que Irlanda del Norte ha recibido de manos comunitarias. El sector agrícola de Irlanda de Norte será especialmente vulnerable a la pérdida de fondos de la Unión Europea y a las posibles barreras arancelarias. Tampoco puede olvidarse que los fondos de la Unión Europea han sido importantes para la economía y para el proceso de paz.

Las recientes palabras de Gerry Adams abren nuevo el camino a la unidad, es de nuevo el mensaje para una Irlanda unida e independiente, una oportunidad para promover una nueva Irlanda y un desafío para los líderes políticos. Gerry Adams hace este llamamiento a la unidad y manifiesta que el Gobierno de Irlanda tiene la obligación de preparar un verdadero plan de unidad, apelando a los partidos políticos para presentar un Libro Verde para la unidad, un servicio nacional de salud y de servicios públicos para toda la isla, a través de un “Plan de Inversión y Prosperidad de Irlanda Unida.”

El Brexit no parece ser el mejor escenario para un pueblo que sufrió tanto y que durante mucho tiempo caminó hacia la paz, conseguida en aquel histórico acuerdo de Viernes Santo. Los irlandeses se encuentran ante un desafío que no parece que estén apoyando, mientras se negocia una difícil salida a una decisión que ni siquiera es suya y que no les impedirá continuar en el camino de la historia, recordando los versos de Yeats en su poema “Una canción para beber”: “El vino entra en la boca, y el amor entra en los ojos. Eso es todo lo que en verdad conocemos antes de envejecer y morir.


Por Rogelio Pérez Bustamante
Catedrático Jean Monnet

Rogelio Pérez-Bustamante

Catedrático Jean Monnet ad personam

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