“Se va sin torear”. El tan habitual grito que, con o sin razón, sale casi a diario de los altos del tendido 10, esta ocasión era no sólo justo, sino también necesario. Y, no sólo una vez, sino, siendo benevolentes, cuatro. Los lotes de Pérez Mota y Alberto Aguilar –en menor medida, se insiste-. En el caso del gaditano porque tanto ‘Perlasnegras” como ‘Coquinero’, ambos ovacionados en el arrastre, le ofrecieron con su nobleza la opción de consagrarse en la cátedra.
Los dos acudieron prestos y de lejos a los caballos, donde sin emplearse a fondo, cumplieron más que de sobra. Y también ‘Perlasnegras’ y ‘Coquinero’ llegaron encastados, pero nobilísimos y con fijeza, al último tercio. Pero su matador, que tiene clase, la utilizó para alumbrar bellos retazos sueltos, sí, incluso con cierto desmayo, sí. Pero sin la rima de la ligazón y sin cruzar la raya detrás de la cual está el triunfo y/o la cornada. De modo que como los bicornes no eran tontos, por aquello de la casta, acabaron dueños del ruedo y su matador pitado.
Tampoco el madrileño anduvo como le pedían las circunstancias, o sea, los ‘rehuelgas’ ni con ‘Guanaguato’, otro que cumplió en el caballo, pero que sus escasas fuerzas, junto a que Aguilar esturreó los pases por varios terrenos, le llevaron a no ofrecer lo que de él podía esperarse. Ni con ‘Liebre, pero con éste la historia fue otra, porque, como bravo que era, acudió en tres ocasiones, la última desde el mismísimo platillo, a la jurisdicción de un magnífico Juan Carlos Sánchez y allí metió los riñones y empujó.
Y porque, como encastado, no dejó centrarse hasta muy al final a su matador, en lo que influyó el pitonazo que sufrió en el tercer muletazo en redondo. Aguilar se fue reponiendo en una faena de menos a más, en la que ‘Liebre’ se comía la flámula, y a la que volvió a faltarle ligazón, aunque Aguilar la acabó con unos bellos ayudados por bajo, que no disminuyeron la sensación de que, aun sin estar mal, desperdició una gran ocasión.
Por su parte, es verdad que Fernando Robleño pechó con el peor lote, sí. El de San Martín que remendó la corrida –y que no humillaba-, y ‘Callejero’, el cuarto, un ejemplar menos codicioso que sus hermanos, pero manejable y cumplidor en el caballo, pero el madrileño en tarde espesa tampoco dijo nada.
Y dos detalles más. Uno: desde ese sanedrín sabio que es el 7, esperaron a que los coletudos se marcharan, para pedir que el mayoral de Rehuelga saliese a saludar y llevarse una ovación tan intensa y restallante como la que acompañó a ‘Liebre’ en la vuelta al ruedo. Dos: es verdad que estos tres coletudos de cotización modesta no sacaron partido de los ‘santacolomeños’, que se les fueron sin torear, mas se pusieron delante. Pero las figuras, figuritas o figurones, salvo alguna excepción como Talavante que se anunció 24 horas antes con los victorinos, jamás se anuncian con ellos. Lo que es peor, mucho peor.
Ficha
Toros de REHUELGA, con trapío y seriedad; todos cumplieron en el caballo, con 5º -premiado con vuelta al ruedo- bravo, y todos nobles y encastados en diversa gradación. 1º de SAN MARTÍN, bien presentado y soso. FERNANDO ROBLEÑO: silencio; pitos tras aviso. ALBERTO AGUILAR: silencio; ovación. PÉREZ MOTA: pitos; pitos. Plaza de Las Ventas, 7 de junio. 27ª de Feria. Dos tercios de entrada. Enfermería: Alberto Aguilar fue atendido de contusión en tercio medio cara interna muslo derecho, tras la exploración quirúrgica se encuentra rotura de aponeurosis y músculo vasto interno. Es intervenido bajo sedación en la enfermería de la plaza de toros.Pronóstico resevado
CRÓNICA DEL FESTEJO ANTERIOR