Rafa Nadal, después de una remontada heroica tras perder los dos primeros sets, murió en la orilla del quinto y larguísimo, que perdió ante el 'cañonero' luxemburgués Gilles Müller por 15-13. Con lo que el español dice adiós a Wimbledon en octavos de final.
Parecía el 'annus mirabilis' del resucitado Nadal, finalista en Australia, vencedor en 'su' Roland Garros e imbatido en sus tres partidos antriores en Wimbledon sin perder ni un sólo set. Tenía enfrente, para meterse en los cuartos de final al 'cañonero' luxemburgués Gilles Müller, y era favorito sobradamente.
Pero el español no fue ni su sombra en los dos primeros sets, que acabó cediendo 6-3 y 6-4, dando la impresión de que se iba a marchar del torneo rápidamente. Pero Nadal sacó su casta y capacidad de lucha y fue capaz de la remontada al apuntarse los dos siguientes por idéntico tanteo 6-4 y 6-3.
Las espadas estaban en alto en el quinto y último, sin muerte súbita, y que necesitó 28 juegos para inclinarse de un lado. Del lado de Müller, que hizo el partido de su vida y siempre fue por delante de un Nadal a remolque, que incluso salvó cuatro pelotas de partido para morir en la orilla por 15-13 y despedirse de la hierba londinense.
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