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Escenas de caza
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Escenas de caza (Foto: Ilde Sandrín)

'Escenas de caza': apuntar, disparar…, y matar

miércoles 07 de febrero de 2018, 18:13h

Literariamente, sugerente. Estéticamente, impecable. Actoralmente, muy potente. El montaje, escrito por María Velasco y dirigido por Alberto Velasco, ‘Escenas de caza’, puede verse en el Pavón Kamikaze de Madrid hasta el próximo 18 de febrero. El espectáculo parte de la misma premisa que lo hizo el primer y premiado trabajo de Malditos Compañía, ¡Danzad malditos! (basada en la película homónima de Sydney Pollack, y Premio Max 2016 a Mejor Espectáculo Revelación), es decir, que la inspiración parte de un film que posteriormente se adapta para ser llevado al teatro al que se le imprime el lenguaje y la expresividad que da sello a la compañía: palabra, imagen, danza, ritos y denuncia social unidos en un espectáculo feroz, aunque de bella factura.

La película en la que se inspira este montaje es Escenas de caza en la Baja Baviera, de Peter Fleischmann (1969), que partía, a su vez, de una obra de teatro de Martin Sperr, donde se diseccionaban las relaciones sociales establecidas en el pueblo de Unholzingun, a cuyo seno vuelve un joven, también nacido en el pueblo, después de algún tiempo sin aparecer por allí. Los dimes y diretes sobre su pasado -que él se cuidad muy bien de ocultar- se transforman poco a poco en acusaciones, más o menos explícitas, sobre su homosexualidad. Ese solo hecho basta a los otros jóvenes del pueblo para señalarlo como víctima propiciatoria perfecta para dar rienda suelta a las más bajas pasiones, que pasan por la burla, la humillación, la maledicencia, el escarnio y, finalmente, la violencia física extrema contra el joven señalado.

Nadie que se considere integrante de alguna minoría (homosexual, sordo, ciego, zurdo, albino, negro, gigante o enano, da lo mismo…) va a poner ningún pero a la esencia del montaje. Esa presión del entorno es universal. Se ha dado, se da y, probablemente, se dará en todo tiempo y en todo lugar. No sé si es que el hombre es un lobo para el hombre o que, sencillamente, es que hay una norma no escrita que advierte al sentido común de que “donde fueres, haz lo que vieres” (si puedes y llegas a tiempo, claro). Todo pasa, como siempre, por la cultura y el respeto al diferente pero mucho me temo que hay mucho trabajo por delante y que la cosa va para rato hasta que esa ley se haga universal…

El soberbio espacio sonoro (cohetes, campanas repiqueteando a fiesta, tiros de escopeta al aire, ladridos de perros…), crea un clima de permanente desasosiego y alerta en el espectador; la pegadiza música electrónica de Mariano Marín; la atinada luz de Miguel Picazo, que va del tenebrismo de la noche a la sugerente luminosidad de la fiesta; el sencillo vestuario de Sara Sánchez de la Morena, que pronuncia las formas y modos juveniles del elenco que, a su vez, se mueve en una expresiva escenografía de Alessio Meloni (bolsas de basura, un gran cerdo abierto en canal después de la matanza, una asadora de urgencia para los primeros bocados de los invitados a la fiesta del cerdo…) y, en fin, la vitalidad y la fuerza de todos y cada uno de los nueve actores en escena se juntan para hacer de ‘Escenas de caza’ un espectáculo brillante y de altura. Muy bien Carmen del Conte, Karmen Garay, Rubén Frías, Borja Maestre, Sara Párbole, Txabi Pérez, María Pizarro Pérez, Julio Rojas y Sam Slade. Estupendo en general, pues, el trabajo de dirección de Alberto Velasco, si no fuera por un pequeño, aunque significativo e innecesario gesto irreverente que a Velasco le debe de parecer imprescindible, pero que, probablemente, herirá la sensibilidad de muchos espectadores cristianos.

El miedo y la ignorancia -como ha apuntado la dramaturga-, pero unidos también a la envidia, son las premisas necesarias para generar ese ambiente de odio irracional y despiadado que crece entre quienes se sienten frustrados por no saber o no poder descubrir las bondades de quien, en el fondo, consideran superior. Es la salida atroz y animal de los mediocres que, desgraciadamente, se da en todas partes, sin localización geográfica o temporal precisas.


‘Escenas de caza’

Dramaturgia: María Velasco

Dirección: Alberto Velasco

Intérpretes: Carmen del Conte, Karmen Garay, Rubén Frías, Borja Maestre, Sara Párbole, Txabi Pérez, María Pizarro Pérez, Julio Rojas y Sam Slade

Escenografía: Alessio Meloni

Luz: David Picazo

Música original: Mariano Marín

Vestuario: Sara Sánchez de la Morena

Fotografía: Ilde Sandrín

Diseño cartel: Ana Pizarro Pérez

Una producción de Malditos Compañía

Teatro Pavón Kamikaze, Madrid

Hasta el 18 de febrero de 2018

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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