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Niño de Primaria
Niño de Primaria (Foto: Europa Press)

Nuestros hijos, ¿tienen amigos o compañeros en el colegio? (II)

jueves 14 de junio de 2018, 10:19h

Nuestros hijos, ¿tienen amigos o compañeros en el colegio? (I)

En las familias tendemos a defraudarnos porque los demás no cumplen nuestras expectativas. La mayoría de las decepciones vividas se producen con nuestros seres cercanos, esa cercanía, es la esencia de muchas de nuestras dificultades en las relaciones. Los conflictos familiares son muy habituales además de ser dolorosos porque los implicados somos personas que nos queremos. Con ellas hemos compartido los momentos más importantes de nuestra vida familiar. Estos momentos forman parte de nuestro desarrollo y determinan en buena medida nuestras relaciones interpersonales.

La relación entre hermanos y padres supone una referencia importante para las demás relaciones a lo largo de nuestras vidas desarrollando nuestro aprendizaje social Es muy frecuente observar cómo en las familias se repiten las formas de relacionarse de una generación a otra; cómo resolvemos los enfados, cómo gestionamos los conflictos, la frecuencia en vernos… serán modelos que ya tenían los abuelos, que se mantiene con los padres y que seguramente se reproducirá en los hijos. En realidad, en nuestra primera infancia y en las interacciones con nuestros hermanos y nuestros padres, aprendemos a convivir, a colaborar, a competir, a compartir, a jugar… y a resolver nuestros conflictos. Pero no siempre sucede así. Es en la familia precisamente por ser un espacio seguro de confianza donde pueden darse relaciones positivas o destructivas. Donde creemos que nos valoran o al contrario, no nos vemos reconocidos.

Confundimos términos: creemos que por ser cercanos tienen obligaciones con nosotros y al no actuar como esperamos, nos sentimos desilusionados. Atribuimos a lo cercano una conexión especial. Escribía en el artículo anterior que en la etapa infantil, los niños suelen definir a sus amigos en términos de cercanía física, por coincidir con ellos en el tiempo y el espacio físico; pero en la edad adulta tenemos más claro cuáles son nuestros criterios para elegir un amigo. En muchos casos, además, tenemos esos amigos de toda la vida a los que queremos como hermanos, son incluso más allegados y los consideramos “familia” por momentos y confidencias importantes que hemos compartido.

A veces pensamos que un amigo es un compañero de trabajo por la condición de pasar la mayor parte del día juntos, pero si analizamos ese tiempo compartido, en realidad solo hablamos de temas superficiales y no les tenemos para contarles problemas o inseguridades; establecemos una relación de cordialidad y de esa manera la jornada resulta beneficiosa. No es amistad; La amistad implica una dimensión relacional diferente, esto es así porque existe un sentimiento mutuo de afecto. Y para mantener un tesoro de estas dimensiones sigamos el triple filtro de Sócrates, “Si lo que deseas decirme sobre mi amigo no es cierto, ni bueno e incluso no me es útil, ¿para qué querría yo saberlo?” Ahora les vendrán algunos nombres a la cabeza, les animo a que les llamen con más frecuencia.

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