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Obra de teatro 'La vida a palos'
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Obra de teatro 'La vida a palos' (Foto: Irene Meritxell)

‘La vida a palos’: sorpresas te da la vida

viernes 13 de julio de 2018, 10:54h

Tras su estreno en Bilbao, llega ahora a los Teatros del Canal ‘La vida a palos’’, el acontecimiento escénico que ha propiciado la vuelta de Imanol Arias a los escenarios tras casi un cuarto de siglo ausente de ellos. Su última representación fue un Calígula, en Buenos Aires y, precisamente será también Latinoamérica el próximo destino de ‘La vida a palos’ cuando termine sus representaciones en los teatros del Canal el próximo 22 de julio.

Arias vuelve de la mano de un texto que firman Pedro Atienza y José Manuel Mora, en un montaje dirigido por Carlota Ferrer y que, estética y plásticamente, podría vincularse a su reciente propuesta, La espina que quiso ser flor o la flor que soñó con ser bailaora, con Olga Pericet, mientras que desde el punto de vista puramente dramático, hay que vincularlo a anteriores propuestas firmadas al alimón por la directora y José Manuel Mora (Esto no es la casa de Bernarda Alba y, anteriormente, Los nadadores nocturnos.

Sea como fuere, en ‘La vida a palos’, se funden el drama romántico y el flamenco en una historia que se centra en la figura de un cantaor, El Alcayata, cuya vida es relatada por su supuesto albacea y amigo, Manuel Casado –personaje que encarna Imanol Arias-, que va dando cuenta de las vicisitudes personales de su padre, a un hijo (interpretado por Aitor Luna), del que el artista se desentendió muy pronto para no truncar su carrera como cantaor. Así, el espectador va escuchando la narración de la atormentada vida de El Alcayata (penurias, cárcel, viajes (Latinoamérica, el Madrid de La movida, Tánger, Cádiz, Almería…), alcohol, drogas, amoríos…). Y, sobre todo, ese encuentro íntimo, personal, de un hijo con su padre, a través del legado documental que este deja a su amigo…

Historias y encuentros están contados narrativamente, y se van trufando de cantos y toques flamencos (taranto, martinete, fandangos,…), a los que Raúl Jiménez pone voz y pasión y Batio acompaña con el chelo, en lugar de la guitarra, en un constante y bellísimo encuentro de voz e instrumento clásico. Junto a ellos, está también Guadalupe Lancho, que se mete en la piel de los varios personajes femeninos que aparecen en la función, y, sobre todo, canta varias canciones de origen latino, una de las cuales, interpretada al alimón con los otros dos músicos, pone un brillante final al espectáculo.

El relato, de carácter autobiográfico -evoca ciertos episodios personales del alter ego de uno de los autores del texto, Pedro Atienza-, y se enmarca en un diseño escénico minimalista (Escenografía: seis paneles rectangulares contiguos que forman un muro sobre el que se proyectan imágenes, uno de los cuales cae estruendosamente varias veces como dejando paso abierto al recuerdo y a la nostalgia; unas ramas, y una mesilla repleta de bebidas), de Mónica Boromello. La poética y sugerente luz es de David Picazo; las imágenes (que ilustran el pasado de El Alcayata) son de Jaime Dezcallar y tienen gran fuerza expresiva, como sucede también con el espacio sonoro de Sandra Vicente.

Pero, con todo, hay que decir también que la propuesta muestra que el ejercicio del teatro no puede retomarse con plenas garantías después de tanto tiempo sin subirse a las tablas, ni siquiera siendo de Bilbao, como es el caso de Imanol Arias. Esto por un lado, y por otro, aunque ‘La vida a palos’ constituya una propuesta plástica muy bella, su naturaleza está equidistante de la performance, el recital y el drama. No se sabe muy bien si es un drama preñado de arte flamenco o, más bien, un recital flamenco con un drama humano que se mueve en su interior. Eso sí, bellamente plasmado sobre el escenario por carlota Ferrer.


‘La vida a palos’

Autores: Pedro Atienza y José Manuel Mora

Dirección artística: Carlota Ferrer

Intérpretes: Imanol Arias, Aitor Luna y Guadalupe Lancho

Músicos: Batio (Violonchelo) y Raúl Jiménez (cantaor)

Asistente de dirección: Enrique Sastre

Espacio escénico: Mónica Boromello

Espacio sonoro: Sandra Vicente

Iluminación: David Picazo

Vestuario: Ana López Cobos

Audiovisuales: Jaime Dezcallar

Estética / fotografía: irenemeritxell.com

Maestro de danza: Miguel Ángel Corbacho

Producción ejecutiva: Fernando Valero

Producción artística: Lino Patalano

Teatros del Canal, Madrid

Hasta el 22 de julio de 2018

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